4 Por lo tanto, queridos hermanos míos, a quienes amo y extraño mucho, ustedes que son mi alegría y mi corona, manténganse así firmes en el Señor.

¹⁶ manteniendo en alto^[a] la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.

²¹ sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno,

⁸ ¡Ahora sí que vivimos al saber que están firmes en el Señor!

²³ Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.

⁶ Cristo, en cambio, es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, siempre y cuando mantengamos^[a] nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece.

³ Así que recuerda lo que has recibido y oído; obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes despierto, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.

¹³ »Sé dónde vives: allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo, sigues fiel a mi nombre. No renegaste de tu fe en mí ni siquiera en los días en que Antipas, mi testigo fiel, sufrió la muerte en esa ciudad donde vive Satanás.

¹¹ »Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona.

²⁵ Eso sí, retengan con firmeza lo que ya tienen, hasta que yo venga.