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12 Cada uno de ellos arrojó su vara al suelo, y cada vara se convirtió en una serpiente. Sin embargo, la vara de Aarón se tragó las varas de todos ellos. 13 A pesar de esto, y tal como lo había advertido el Señor, el faraón endureció su corazón y no les hizo caso.

La plaga de sangre

14 El Señor le dijo a Moisés: «El corazón del faraón se ha obstinado, y se niega a dejar salir al pueblo.

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