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(A)Y sucedió que al tercer año, Josafat, rey de Judá, descendió a visitar al rey de Israel(B). Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿Sabéis que Ramot de Galaad(C) nos pertenece, y no estamos haciendo nada para[a] quitarla de mano del rey de Aram? Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Respondió Josafat al rey de Israel: Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos(D).

Josafat dijo además al rey de Israel: Te ruego que consultes primero[b] la palabra del Señor. Entonces el rey de Israel reunió a los profetas(E), unos cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o debo desistir? Y ellos respondieron: Sube porque el Señor la entregará en manos del rey. Pero Josafat dijo: ¿No queda aún aquí algún profeta del Señor, para que le consultemos(F)? Y el rey de Israel dijo a Josafat: Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al Señor, pero lo aborrezco, porque no profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino lo malo. Es Micaías, hijo de Imla. Pero Josafat dijo: No hable el rey así. Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto[c] a Micaías, hijo de Imla. 10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus mantos, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas(G) estaban profetizando delante de ellos. 11 Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos(H) de hierro y decía: Así dice el Señor: «Con estos acornearás a los arameos hasta acabarlos(I)». 12 Y todos los profetas profetizaban así, diciendo: Sube a Ramot de Galaad y tendrás éxito, pues el Señor la entregará en manos del rey.

13 Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le habló, diciendo: He aquí, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Te ruego que tu palabra sea como la palabra de uno de ellos, y que hables favorablemente. 14 Pero Micaías dijo: Vive el Señor(J) que lo que el Señor me diga, eso hablaré(K). 15 Y cuando llegó al rey, el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debemos desistir? Y él le respondió: Sube, y tendrás éxito, y el Señor la entregará en manos del rey(L). 16 Entonces el rey le dijo: ¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del Señor? 17 Y él respondió:

Vi a todo Israel
esparcido por los montes,
como ovejas sin pastor;
y el Señor dijo: «Estos no tienen señor,
que cada uno vuelva a su casa en paz(M)».

18 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te dije que no profetizaría lo bueno acerca de mí, sino lo malo(N)? 19 Respondió Micaías: Por tanto, escucha la palabra del Señor. Yo vi al Señor sentado en su trono(O), y todo el ejército de los cielos estaba junto a Él(P), a su derecha y a su izquierda. 20 Y el Señor dijo: «¿Quién inducirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad?». Y uno decía de una manera, y otro de otra. 21 Entonces un espíritu se adelantó, y se puso delante del Señor, y dijo: «Yo le induciré». 22 Y el Señor le dijo: «¿Cómo?». Y él respondió: «Saldré y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas(Q)». Entonces Él dijo: «Le inducirás y también prevalecerás. Ve y hazlo así». 23 Y ahora, he aquí que el Señor ha puesto un espíritu de mentira en boca de todos estos tus profetas; pues el Señor ha decretado el mal contra ti(R).

24 Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana(S), y golpeó a Micaías en la mejilla y dijo: ¿Cómo es que el Espíritu del Señor pasó de mí para hablarte a ti(T)? 25 Respondió Micaías: He aquí, tú lo verás aquel día en que entres en un aposento interior[d] para esconderte(U). 26 Y el rey de Israel dijo: Toma a Micaías y devuélvelo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey, 27 y di: «Así dice el rey: “Echad a este a la cárcel, y alimentadlo con poco pan y poca agua[e] hasta que yo vuelva en paz(V)”». 28 Y Micaías dijo: Si en verdad vuelves en paz, el Señor no ha hablado por mí(W). Y añadió: Oíd, pueblos todos(X).

29 Y el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad(Y). 30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla(Z), pero tú ponte tus ropas reales. El rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla. 31 Pero el rey de Aram había ordenado a los treinta y dos capitanes de sus carros, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino solo contra el rey de Israel(AA). 32 Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente este es el rey de Israel, y se desviaron para pelear contra él, pero Josafat gritó. 33 Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.

Muerte de Acab

34 Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura[f]. Y él dijo a su cochero: Da la vuelta[g] y sácame de la batalla[h], pues estoy gravemente herido(AB). 35 Pero la batalla arreció aquel día, y el rey fue sostenido en su carro frente a los arameos y al atardecer murió; la sangre de la herida corría hasta el fondo del carro. 36 A la puesta del sol, pasó un grito por el ejército que decía: Cada hombre a su ciudad y cada uno a su tierra(AC).

37 Murió, pues, el rey y fue llevado a Samaria, y sepultaron al rey en Samaria. 38 Lavaron el carro junto al estanque de Samaria y los perros lamieron su sangre (y allí se bañaban las rameras), conforme a la palabra que el Señor había hablado(AD). 39 Los demás hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil(AE) que edificó y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel(AF)? 40 Durmió, pues, Acab con sus padres; y su hijo Ocozías reinó en su lugar.

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Footnotes

  1. 1 Reyes 22:3 Lit., estamos callados para no
  2. 1 Reyes 22:5 Lit., como el día
  3. 1 Reyes 22:9 Lit., Apresura
  4. 1 Reyes 22:25 Lit., un aposento en un aposento
  5. 1 Reyes 22:27 Lit., con pan de aflicción y agua de aflicción
  6. 1 Reyes 22:34 Lit., entre las escamas de la armadura y la coraza
  7. 1 Reyes 22:34 Lit., Vuelve tu mano
  8. 1 Reyes 22:34 Lit., del campamento

Y aconteció al tercer año, que Josafat rey de Judá descendió al rey de Israel. Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey de Siria? Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.

Dijo luego Josafat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová. Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey. Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos? El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así. Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de Imla. 10 Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos. 11 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta acabarlos. 12 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano del rey.

13 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito. 14 Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré. 15 Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? Él le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey. 16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová? 17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor;(A) y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz. 18 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal. 19 Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. 20 Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. 21 Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? 22 Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. 23 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.

24 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 25 Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento en aposento para esconderte. 26 Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey; 27 y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a este en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz. 28 Y dijo Micaías: Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos.

29 Subió, pues, el rey de Israel con Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad. 30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla. 31 Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino solo contra el rey de Israel. 32 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente este es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó. 33 Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él. 34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido. 35 Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro. 36 Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!

37 Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria. 38 Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado. 39 El resto de los hechos de Acab, y todo lo que hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 40 Y durmió Acab con sus padres, y reinó en su lugar Ocozías su hijo.

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(A)y algunos años después descendió a Samaria para visitar a Acab. Y Acab mató muchas ovejas y bueyes para él y para el pueblo que estaba con él, y lo persuadió a que subiera contra Ramot de Galaad. Y Acab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: ¿Irás conmigo contra Ramot de Galaad? Y él le respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; estaremos contigo en la batalla.

Dijo además Josafat al rey de Israel: Te ruego que primero[a] consultes la palabra del Señor. Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o debo desistir? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios la entregará en mano del rey. Pero Josafat dijo: ¿No queda aún aquí algún profeta del Señor para que le consultemos? Y el rey de Israel dijo a Josafat: Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al Señor, pero lo aborrezco, porque nunca profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino siempre lo malo. Es Micaías, hijo de Imla. Pero Josafat dijo: No hable el rey así. Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto[b] a Micaías, hijo de Imla. El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus mantos, en[c] la era a la entrada de la puerta(B) de Samaria; y todos los profetas estaban profetizando delante de ellos. 10 Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho cuernos de hierro y decía: Así dice el Señor: «Con estos acornearás a los arameos hasta acabarlos». 11 Y todos los profetas profetizaban así, diciendo: Sube a Ramot de Galaad y tendrás éxito, pues el Señor la entregará en manos del rey.

12 Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le habló, diciendo: He aquí, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Por esto te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, y hables favorablemente. 13 Pero Micaías dijo: Vive el Señor, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré(C). 14 Y cuando llegó al rey, el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debo desistir? Él respondió: Sube y tendrás éxito, porque serán entregados en tu mano. 15 Entonces el rey le dijo: ¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del Señor? 16 Y él respondió:

Vi a todo Israel
esparcido por los montes,
como ovejas sin pastor;
y el Señor dijo:
«Estos no tienen señor;
que cada uno vuelva a su casa en paz(D)».

17 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te dije que no profetizaría lo bueno acerca de mí, sino lo malo? 18 Respondió Micaías: Por tanto, escuchad la palabra del Señor. Yo vi al Señor sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda(E). 19 Y el Señor dijo: «¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?». Y uno decía de una manera, y otro de otra. 20 Entonces se adelantó un espíritu y se puso delante del Señor(F), y dijo: «Yo lo induciré». Y el Señor le dijo: «¿Cómo?». 21 Y él respondió: «Saldré y seré un espíritu de mentira(G) en boca de todos sus profetas». Entonces Él dijo: «Lo inducirás y también prevalecerás. Ve y hazlo así». 22 Y ahora, he aquí, el Señor ha puesto un espíritu de mentira en boca de estos tus profetas, pues el Señor ha decretado el mal contra ti(H).

23 Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó(I) a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Cómo[d] pasó el Espíritu del Señor de mí para hablarte a ti? 24 Respondió Micaías: He aquí, tú lo verás aquel día en que entres en un aposento interior[e] para esconderte. 25 Y el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías(J) y devolvedlo a Amón, gobernador de la ciudad(K), y a Joás, hijo del rey; 26 y decid: «Así dice el rey: “Echad a este en la cárcel(L), y alimentadlo con poco pan y poca agua[f] hasta que yo vuelva en paz”». 27 Y Micaías dijo: Si en verdad vuelves en paz, el Señor no ha hablado por mí. Y añadió: Oíd, pueblos todos(M).

28 Y subió el rey de Israel con Josafat, rey de Judá, contra Ramot de Galaad. 29 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas reales. Y el rey de Israel se disfrazó y entraron en la batalla. 30 Pero el rey de Aram había ordenado a los capitanes de sus carros, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino solo contra el rey de Israel. 31 Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel; y se desviaron[g] para pelear contra él. Pero Josafat clamó, y el Señor vino en su ayuda, y Dios los apartó de él(N), 32 pues[h] al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo. 33 Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura[i]. Y él dijo al cochero: Da la vuelta[j] y sácame de la batalla[k] pues estoy gravemente herido. 34 Pero la batalla arreció aquel día, y el rey de Israel fue sostenido[l] en el carro frente a los arameos hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 18:4 Lit., como el día
  2. 2 Crónicas 18:8 Lit., Apresura
  3. 2 Crónicas 18:9 Lit., y sentados en
  4. 2 Crónicas 18:23 Lit., ¿Por qué camino
  5. 2 Crónicas 18:24 Lit., un aposento en un aposento
  6. 2 Crónicas 18:26 Lit., con pan de aflicción y agua de aflicción
  7. 2 Crónicas 18:31 Lit., lo rodearon
  8. 2 Crónicas 18:32 Lit., y sucedió que
  9. 2 Crónicas 18:33 Lit., entre las escamas de la armadura y la coraza
  10. 2 Crónicas 18:33 Lit., Vuelve tu mano
  11. 2 Crónicas 18:33 Lit., del campamento
  12. 2 Crónicas 18:34 Lit., se sostuvo; v. 1 Rey. 22:35

Y después de algunos años descendió a Samaria para visitar a Acab; por lo que Acab mató muchas ovejas y bueyes para él y para la gente que con él venía, y le persuadió que fuese con él contra Ramot de Galaad. Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá: ¿Quieres venir conmigo contra Ramot de Galaad? Y él respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra.

Además dijo Josafat al rey de Israel: Te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová. Entonces el rey de Israel reunió a cuatrocientos profetas, y les preguntó: ¿Iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o me estaré quieto? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios los entregará en mano del rey. Pero Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos? El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey. Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Haz venir luego a Micaías hijo de Imla. Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban delante de ellos. 10 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta destruirlos por completo. 11 De esta manera profetizaban también todos los profetas, diciendo: Sube contra Ramot de Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano del rey.

12 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló diciendo: He aquí las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; yo, pues, te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien. 13 Dijo Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey. 14 Y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o me estaré quieto? Él respondió: Subid, y seréis prosperados, pues serán entregados en vuestras manos. 15 El rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces te conjuraré por el nombre de Jehová que no me hables sino la verdad? 16 Entonces Micaías dijo: He visto a todo Israel derramado por los montes como ovejas sin pastor;(A) y dijo Jehová: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz a su casa. 17 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te había yo dicho que no me profetizaría bien, sino mal? 18 Entonces él dijo: Oíd, pues, palabra de Jehová: Yo he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda. 19 Y Jehová preguntó: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra manera. 20 Entonces salió un espíritu que se puso delante de Jehová y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué modo? 21 Y él dijo: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Jehová dijo: Tú le inducirás, y lo lograrás; anda y hazlo así. 22 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; pues Jehová ha hablado el mal contra ti.

23 Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por qué camino se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 24 Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás aquel día, cuando entres de cámara en cámara para esconderte. 25 Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y llevadlo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey, 26 y decidles: El rey ha dicho así: Poned a este en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz. 27 Y Micaías dijo: Si tú volvieres en paz, Jehová no ha hablado por mí. Dijo además: Oíd, pueblos todos.

28 Subieron, pues, el rey de Israel, y Josafat rey de Judá, a Ramot de Galaad. 29 Y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú vístete tus ropas reales. Y se disfrazó el rey de Israel, y entró en la batalla. 30 Había el rey de Siria mandado a los capitanes de los carros que tenía consigo, diciendo: No peleéis con chico ni con grande, sino sólo con el rey de Israel. 31 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó Dios de él; 32 pues viendo los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, desistieron de acosarle. 33 Mas disparando uno el arco a la ventura, hirió al rey de Israel entre las junturas y el coselete. Él entonces dijo al cochero: Vuelve las riendas, y sácame del campo, porque estoy mal herido. 34 Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

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