David, Nabal y Abigaíl

25 Samuel murió y fue enterrado en Ramá, donde había vivido. Todo Israel se reunió para hacer duelo por él. Después de eso David bajó al desierto de Parán.[a]

Había en Maón un hombre muy rico, dueño de mil cabras y tres mil ovejas, las cuales esquilaba en Carmel, donde tenía su hacienda. Se llamaba Nabal y pertenecía a la familia de Caleb. Su esposa, Abigaíl, era una mujer bella e inteligente; Nabal, por el contrario, era insolente y de mala conducta.

Estando David en el desierto, se enteró de que Nabal estaba esquilando sus ovejas. Envió entonces diez de sus hombres con este encargo: «Vayan a Carmel para llevarle a Nabal un saludo de mi parte. Díganle: “¡Que tengan salud[b] y paz tú y tu familia, y todo lo que te pertenece! Acabo de escuchar que estás esquilando tus ovejas. Como has de saber, cuando tus pastores estuvieron con nosotros, jamás los molestamos. En todo el tiempo que se quedaron en Carmel, nunca se les quitó nada. Pregúntales a tus criados y ellos mismos te lo confirmarán. Por tanto, te agradeceré que recibas bien a mis hombres, pues este día hay que celebrarlo. Dales, por favor, a tus siervos y a tu hijo David lo que tengas a la mano”».

Cuando los hombres de David llegaron, dieron a Nabal este mensaje de parte de David y se quedaron esperando. 10 Pero Nabal les contestó:

—¿Y quién es ese tal David? ¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy día son muchos los esclavos que se escapan de sus amos. 11 ¿Por qué he de compartir mi pan y mi agua, y la carne que he reservado para mis esquiladores, con gente que ni siquiera sé de dónde viene?

12 Los hombres de David se dieron la vuelta y se pusieron en camino. Cuando llegaron ante él, le comunicaron todo lo que Nabal había dicho. 13 Entonces David ordenó: «¡Cíñanse todos la espada!». Y todos, incluso él, se la ciñeron. Acompañaron a David unos cuatrocientos hombres, mientras que otros doscientos se quedaron cuidando el bagaje.

14 Uno de los criados avisó a Abigaíl, la esposa de Nabal: «David envió desde el desierto unos mensajeros para saludar a nuestro amo, pero él los trató mal. 15 Esos hombres se portaron muy bien con nosotros. En todo el tiempo que anduvimos con ellos por el campo, jamás nos molestaron ni nos quitaron nada. 16 Día y noche nos protegieron mientras cuidábamos los rebaños cerca de ellos. 17 Piense usted bien lo que debe hacer, pues la ruina está por caer sobre nuestro amo y sobre toda su familia. Tiene tan mal genio que ni hablar se puede con él».

18 Sin perder tiempo, Abigaíl reunió doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas asadas, cinco seahs[c] de trigo tostado, cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas de higos. Después de cargarlo todo sobre unos asnos, 19 dijo a los criados: «Adelántense, que yo los sigo». Pero a Nabal, su esposo, no le dijo nada de esto.

20 Montada en un asno, Abigaíl bajaba por la ladera del monte cuando vio que David y sus hombres venían en dirección opuesta, de manera que se encontraron. 21 David recién había comentado: «De balde estuve protegiendo en el desierto las propiedades de este hombre, para que no perdiera nada. Ahora resulta que me paga mal por el bien que le hice. 22 ¡Que Dios me castigue[d] sin piedad si antes del amanecer no acabo con todos sus hombres!».

23 Cuando Abigaíl vio a David, se bajó rápidamente del asno y se postró ante él con su rostro en tierra. 24 Se arrojó a sus pies y dijo:

—Señor mío, yo tengo la culpa. Deje que esta sierva suya hable; le ruego que me escuche. 25 No haga usted caso de ese malvado de Nabal, pues le hace honor a su nombre, que significa “necio”. La necedad lo acompaña por todas partes. Yo, por mi parte, no vi a los mensajeros que usted, mi señor, envió.

26 »Pero ahora el Señor le ha impedido a usted derramar sangre y hacerse justicia con sus propias manos. Tan cierto como el Señor y usted viven, esto es lo que pido: que a sus enemigos, y a todos los que quieran hacerle daño, les pase lo mismo que a Nabal. 27 Acepte usted este regalo que su criada ha traído y repártalo entre los criados que lo acompañan.

28 »Yo le ruego que perdone el atrevimiento de esta sierva. Ciertamente, el Señor le dará a usted una dinastía que se mantendrá firme, y nunca nadie podrá hacerle a usted ningún daño,[e] pues usted pelea las batallas del Señor. 29 Aun si alguien lo persigue con la intención de matarlo, su vida estará protegida[f] por el Señor su Dios, mientras que sus enemigos serán lanzados a la destrucción.[g] 30 Así que, cuando el Señor haya hecho todo el bien que le ha prometido, y lo haya establecido como gobernante de Israel, 31 no tendrá usted que sufrir la pena y el remordimiento de haberse vengado por sí mismo, ni de haber derramado sangre inocente. Acuérdese usted de esta sierva suya cuando el Señor le haya dado prosperidad».

32 David dijo entonces a Abigaíl:

—¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! 33 ¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos! 34 Tan cierto como el Señor, Dios de Israel, vive y me ha impedido hacerte mal, te aseguro que, si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, para mañana no le habría quedado vivo a Nabal ni uno solo de sus hombres.

35 Dicho esto, David aceptó lo que ella había traído.

—Vuelve tranquila a tu casa —añadió—. Como puedes ver, te he hecho caso: te concedo lo que me has pedido.[h]

36 Cuando Abigaíl llegó a la casa, Nabal estaba dando un regio banquete. Se encontraba alegre y muy borracho, así que ella no dijo nada hasta el día siguiente. 37 Por la mañana, cuando a Nabal ya se le había pasado la borrachera, su esposa contó lo sucedido. Al oírlo, Nabal sufrió un ataque al corazón y quedó paralizado. 38 Unos diez días después el Señor hirió a Nabal y así murió.

39 Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, exclamó: «¡Bendito sea el Señor, que me ha hecho justicia por la afrenta que recibí de Nabal! El Señor libró a este siervo suyo de hacer mal, pero hizo recaer sobre Nabal su propia maldad».

Entonces David envió un mensaje a Abigaíl, proponiéndole matrimonio. 40 Cuando los criados llegaron a Carmel, hablaron con Abigaíl y dijeron:

—David nos ha enviado para pedirle a usted que se case con él.

41 Ella se inclinó y, postrándose rostro en tierra, dijo:

—Soy la sierva de David y estoy para servirle. Incluso estoy dispuesta a lavarles los pies a sus criados.

42 Sin perder tiempo, Abigaíl se dispuso a partir. Se montó en un asno y, acompañada de cinco criadas, se fue con los mensajeros de David. Después se casó con él. 43 David también se había casado con Ajinoán de Jezrel, así que ambas fueron sus esposas. 44 Saúl, por su parte, había entregado su hija Mical, esposa de David, a Paltiel,[i] hijo de Lais, oriundo de Galín.

Footnotes

  1. 25:1 Maón (LXX).
  2. 25:6 salud. Palabra de difícil traducción.
  3. 25:18 Es decir, aprox. 28 kg.
  4. 25:22 me castigue (lit. castigue a David; LXX); castigue a los enemigos de David (TM).
  5. 25:28 nunca nadie … ningún daño. Alt. nunca cometerá usted ningún mal.
  6. 25:29 estará protegida. Lit. está embolsada en la bolsa de los vivos.
  7. 25:29 sus enemigos … destrucción. Lit. él lanzará la vida de sus enemigos de en medio de la palma de una honda.
  8. 25:35 te concedo … pedido. Lit. he levantado tu semblante.
  9. 25:44 Paltiel. Lit. Palti (variante de este nombre).

David y Abigaíl

25 Samuel murió, y todo el pueblo de Israel se reunió para llorar su muerte, y lo sepultaron en su casa, en Ramá. Después, David se fue al desierto de Parán.

En Maón vivía un hombre muy rico, con una gran hacienda en Carmel, donde tenía tres mil ovejas y mil cabras, y en esos días estaba trasquilando sus ovejas. Se llamaba Nabal, y su esposa se llamaba Abigaíl. Ella era una mujer hermosa e inteligente, pero Nabal, que era descendiente de Caleb, era duro y malvado. David, que estaba en el desierto, supo que Nabal estaba trasquilando sus ovejas, así que envió a diez de sus criados a visitar a Nabal. Les dijo:

«Vayan a Carmel y saluden de mi parte a Nabal. Díganle: “Que la paz sea contigo y con tu familia. Que la paz sea con todas tus posesiones. Por medio de tus pastores, que han estado con nosotros, he sabido que estás trasquilando tus ovejas. Los hemos tratado bien, y nada les ha faltado en todo el tiempo que han estado en Carmel. Pregúntales, y te lo dirán. Espero que estos jóvenes sean dignos de tu bondad y lleguen a ti en buen momento. Por favor, dales lo que tengas a la mano. Así ayudarás a tu hijo David.”»

Los jóvenes que envió David llegaron con Nabal y le dieron el mensaje que llevaban, y luego guardaron silencio. 10 Y Nabal les respondió:

«¿Y quién es David? ¿Quién es ese hijo de Yesé? Hoy día, hay muchos criados que andan huyendo de sus amos. 11 ¿Acaso voy a quitarles a mis esquiladores el pan, el agua y la carne que he preparado para ellos, y dar todo eso a gente que no sé ni de donde son?»

12 Los jóvenes volvieron y le dijeron a David lo que Nabal había dicho. 13 Entonces David dijo a sus hombres:

«¡Tomen sus espadas!»

Todos ellos lo hicieron así, lo mismo que David, y salieron tras David como cuatrocientos hombres, dejando con el bagaje a doscientos de ellos. 14 Pero uno de los criados de Nabal fue a decirle a Abigaíl, su esposa:

«Del desierto llegaron unos mensajeros enviados por David para saludar a nuestro amo, y él los ofendió. 15 Esa gente nos ha tratado bien cuando hemos estado con ellos en el desierto; nunca nos trataron mal, ni nunca nos faltó nada cuando estuvimos en el campo. 16 Nos brindaron protección en todo momento, mientras apacentábamos las ovejas. 17 Piensa bien lo que vas a hacer, porque David ha determinado darle un escarmiento a nuestro amo y a toda su familia. Nuestro amo es tan malvado, que ni siquiera se le puede hablar.»

18 Abigaíl se dio prisa y cargó en varios asnos doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya guisadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas y doscientos panes de higos secos. 19 Luego les ordenó a sus criados:

«Adelántense ustedes, que yo los alcanzaré después.»

Pero de esto no le dijo nada a Nabal, su marido. 20 Montó en un asno y, cruzando por un sendero secreto del monte, fue al encuentro de David y sus hombres, que ya venían en dirección de ella. 21 David iba diciendo:

«En vano hemos cuidado todo lo que Nabal tiene en el desierto. No le quitamos nada de lo suyo y, sin embargo, él nos paga mal por todo el bien que le hemos hecho. 22 ¡Que Dios castigue a nuestros enemigos, y más aún! Pero entre hoy y mañana voy a destruir todas sus propiedades, y a todos sus hombres les quitaré la vida.»

23 Cuando Abigaíl vio a David, rápidamente se bajó del asno y se inclinó ante David sin levantar la vista, 24 luego se arrojó a sus pies, mientras decía:

«Señor mío, ¡que caiga sobre mí el pecado de mi esposo! Pero antes te ruego que me permitas hablar. ¡Escucha a tu humilde servidora! 25 Por favor, no tomes en cuenta las palabras de Nabal, mi imprudente esposo. Le hace honor a su nombre,[a] y siempre ha sido un imprudente. Pero cuando vinieron los jóvenes que tú enviaste, yo no los vi. 26 Señor mío, te juro por el Señor, y por ti mismo, que estoy segura que el Señor no quiere que derrames sangre, ni que tomes venganza. Que todos tus enemigos, incluyendo a Nabal, sean duramente castigados. 27 Mira los presentes que tu servidora ha traído: son para los hombres que vienen contigo. 28 Y por favor, perdóname si te he ofendido; yo estoy segura que el Señor afirmará tu descendencia, porque tú peleas las batallas del Señor, y porque no has cometido ningún mal. 29 Aun si alguien te persigue y trata de matarte, tu vida está unida a los que viven conforme a la voluntad del Señor tu Dios; él destruirá a tus enemigos y los arrojará lejos, con la facilidad con que se arroja una piedra con la honda. 30 Cuando el Señor te establezca como príncipe del pueblo de Israel, tal y como te lo ha prometido, 31 ningún remordimiento empañará tu dicha, pues te contuviste y no derramaste sangre sin motivo, ni te vengaste por ti mismo. Que Dios te proteja, señor mío, y espero que te acuerdes de esta sierva tuya cuando el Señor te dé su bendición.»

32 David le dijo a Abigaíl:

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que hoy te envió a mi encuentro. 33 Y bendigo a Dios por ti y por tu razonamiento, porque gracias a ellos me has impedido derramar sangre inocente y vengarme por mi propia mano. 34 Te juro por el Señor, el Dios de Israel, que él me ha impedido hacerte daño. Si no te hubieras apresurado para venir a mi encuentro, entre hoy y mañana tu esposo Nabal se habría quedado sin sirvientes, pues todos habrían muerto.»

35 Entonces David recibió de Abigaíl todo lo que ella le había llevado, y le dijo:

«Regresa en paz a tu casa. Como puedes ver, he atendido tu advertencia y te he respetado.»

36 Cuando Abigaíl regresó, Nabal estaba celebrando en su casa un gran banquete, semejante al banquete de un rey, y estaba tan borracho y tan alegre que ella optó por no decirle nada hasta el día siguiente. 37 Por la mañana, cuando a Nabal se le había pasado la borrachera, Abigaíl le contó su encuentro con David, y él se impresionó tanto que tuvo un ataque y se quedó paralizado. 38 Diez días después, el Señor hirió a Nabal con otro ataque, y éste murió. 39 Y al enterarse David de la muerte de Nabal, alabó al Señor y dijo:

«Bendito sea el Señor, que me vengó de la humillación que me causó Nabal, y me libró de su maldad y se la devolvió a él.»

Después, envió mensajeros para que le dijeran a Abigaíl que quería tomarla por esposa. 40 Los mensajeros fueron a Carmel y hablaron con Abigaíl. Le dijeron:

«David nos ha enviado por ti, pues quiere que seas su esposa.»

41 Entonces ella se levantó, inclinó su rostro a tierra, y dijo:

«Aquí me tienen, dispuesta a lavar los pies de quienes sirven a mi señor.»

42 Luego, Abigaíl tomó a cinco doncellas que le servían y, montando en un asno, siguió a los mensajeros de David para ser su esposa.

43 David también tomó por esposa a Ajinoán la jezreelita, y ambas fueron sus mujeres, 44 pues Saúl había dado su hija Mical, esposa de David, a Palti hijo de Lais, que era de Galín.

Footnotes

  1. 1 Samuel 25:25 Es decir, Insensato.

Muerte de Samuel

25 Murió Samuel(A), y se reunió todo Israel y lo lloraron(B), y lo sepultaron en su casa en Ramá(C). Después David se levantó y descendió al desierto de Parán(D).

David y Abigail

Y había un hombre en Maón(E) que tenía sus bienes en Carmel(F); el hombre era muy rico[a] y tenía tres mil ovejas y mil cabras; y estaba en Carmel trasquilando sus ovejas(G). El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer era inteligente[b] y de hermosa apariencia(H), pero el hombre era áspero y malo en sus tratos, y era calebita(I). Y oyó David en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus ovejas. Entonces David envió diez jóvenes, y les dijo[c]: Subid a Carmel, visitad[d] a Nabal y saludadle en mi nombre; y le diréis así: «Ten una larga vida[e], paz para ti, paz para tu casa y paz para todo lo que tienes(J). He[f] oído que tienes esquiladores(K); ahora bien, tus pastores han estado con nosotros, y no los hemos maltratado, ni les ha faltado nada todos los días que estuvieron en Carmel(L). Pregunta a tus mozos, y ellos te lo dirán. Por tanto, permite que mis mozos hallen gracia ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta[g](M). Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David».

Cuando llegaron los jóvenes de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David; entonces esperaron. 10 Pero Nabal respondió a los siervos de David, y dijo: ¿Quién es David(N) y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor. 11 ¿He de tomar mi pan, mi agua y la carne que he preparado[h] para mis esquiladores, y he de dárselos a hombres cuyo origen no conozco[i](O)? 12 Entonces los jóvenes de David se volvieron por su camino, y regresaron; y llegaron y le comunicaron todas[j] estas palabras. 13 Y David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y cada hombre se ciñó su espada. David también se ciñó su espada, y unos cuatrocientos hombres subieron tras David(P), mientras que doscientos se quedaron con el bagaje(Q).

14 Mas uno de los mozos avisó a Abigail, mujer de Nabal, diciendo: He aquí, David envió mensajeros desde el desierto a saludar[k] a nuestro señor(R), y él los desdeñó. 15 Sin embargo, los hombres fueron muy buenos con nosotros; no nos maltrataron ni nos faltó nada cuando[l] andábamos con ellos, mientras estábamos en el campo(S). 16 Como muro fueron para nosotros tanto de noche como de día, todo el tiempo que estuvimos con ellos apacentando las ovejas(T). 17 Ahora pues, reflexiona[m] y mira lo que has de hacer, porque el mal ya está determinado contra nuestro señor y contra toda su casa, y él es un hombre tan indigno[n] que nadie puede hablarle.

18 Entonces Abigail se dio prisa y tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas[o] de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientas tortas de higos, y los puso sobre asnos(U). 19 Y dijo a sus mozos: Id delante de mí; he aquí, yo os seguiré(V). Pero nada dijo a su marido Nabal. 20 Y sucedió que cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he aquí que David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos. 21 Y David había dicho: Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien(W). 22 Así haga Dios a los enemigos de David(X), y aun más, si al llegar la mañana he dejado tan solo un varón[p] de los suyos(Y).

23 Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra(Z). 24 Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, solo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva te hable[q], y que escuches las palabras de tu sierva. 25 Ruego a mi señor que no haga caso a[r] este hombre indigno[s], Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal[t], y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste. 26 Ahora pues, señor mío, vive el Señor y vive tu alma; puesto que el Señor te ha impedido derramar[u] sangre y vengarte[v] por tu propia mano(AA), sean pues como Nabal tus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor(AB). 27 Y ahora permite que este presente[w] que tu sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a[x] mi señor(AC). 28 Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva(AD), porque el Señor ciertamente establecerá[y] una casa duradera para mi señor(AE), pues mi señor pelea las batallas del Señor(AF), y el mal no se hallará en ti en todos tus días(AG). 29 Y si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida[z], entonces la vida[aa] de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios; pero Él lanzará la vida de tus enemigos como de en medio de una honda(AH). 30 Y sucederá que cuando el Señor haga por mi señor conforme a todo el bien que Él ha hablado de ti, y te ponga por príncipe sobre Israel(AI), 31 esto no causará pesar ni remordimiento[ab] a mi señor, tanto por haber derramado sangre sin causa como por haberse vengado[ac] mi señor. Cuando el Señor haya hecho bien a mi señor, entonces acuérdate de tu sierva(AJ).

32 Entonces David dijo a Abigail: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió hoy a encontrarme(AK), 33 bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has impedido hoy derramar sangre[ad] y vengarme[ae] por mi propia mano(AL). 34 Sin embargo, vive el Señor, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte mal(AM), que si tú no hubieras venido pronto a encontrarme, ciertamente, para la luz del alba, no le hubiera quedado a Nabal ni un varón[af]. 35 Recibió David de su mano lo que ella había traído y le dijo: Sube en paz a tu casa(AN). Mira, te he escuchado[ag] y te he concedido tu petición[ah](AO).

Muerte de Nabal

36 Entonces Abigail regresó a Nabal, y he aquí, él tenía un banquete en su casa, como el banquete de un rey(AP). Y el corazón de Nabal estaba alegre, pues estaba muy ebrio(AQ), por lo cual ella no le comunicó nada[ai] hasta el amanecer(AR). 37 Pero sucedió que por la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, su mujer le contó estas cosas, y su corazón se quedó como muerto dentro de él, y se puso como una piedra. 38 Y unos diez días después, sucedió que el Señor hirió a Nabal, y murió(AS).

39 Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea el Señor, que ha defendido la causa de mi afrenta de manos de Nabal(AT), y ha preservado a su siervo del mal(AU). El Señor también ha devuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza. Entonces David envió a hablar con Abigail(AV), para tomarla para sí por mujer. 40 Y los siervos de David fueron a casa de Abigail en Carmel, y le hablaron diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte para sí por mujer. 41 Y ella se levantó y postrándose rostro en tierra(AW), dijo: He aquí, vuestra sierva es una criada para lavar los pies de los siervos de mi señor(AX). 42 Abigail se levantó apresuradamente, montó en un asno, y con sus cinco doncellas que la atendían[aj] siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer(AY).

43 David había tomado también a Ahinoam de Jezreel(AZ), y ambas fueron mujeres suyas(BA).

44 Pues Saúl había dado a su hija Mical(BB), mujer de David, a Palti, hijo de Lais, que era de Galim(BC).

Footnotes

  1. 1 Samuel 25:2 Lit., grande
  2. 1 Samuel 25:3 Lit., de buen entendimiento
  3. 1 Samuel 25:5 Lit., y David dijo a los jóvenes
  4. 1 Samuel 25:5 Lit., llegaos
  5. 1 Samuel 25:6 Lit., Para vida
  6. 1 Samuel 25:7 Lit., Y ahora, he
  7. 1 Samuel 25:8 Lit., buen día
  8. 1 Samuel 25:11 Lit., degollado
  9. 1 Samuel 25:11 Lit., hombres que no sé de dónde son
  10. 1 Samuel 25:12 Lit., conforme a todas
  11. 1 Samuel 25:14 Lit., bendecir
  12. 1 Samuel 25:15 Lit., todos los días que
  13. 1 Samuel 25:17 Lit., sabe
  14. 1 Samuel 25:17 Lit., un hijo de Belial
  15. 1 Samuel 25:18 Heb., seah; un seah equivale aprox. a 7.3 litros
  16. 1 Samuel 25:22 Lit., uno que orina contra la pared
  17. 1 Samuel 25:24 Lit., hable en tus oídos
  18. 1 Samuel 25:25 Lit., ponga su corazón en
  19. 1 Samuel 25:25 Lit., este hijo de Belial
  20. 1 Samuel 25:25 I.e., insensato
  21. 1 Samuel 25:26 Lit., venir con
  22. 1 Samuel 25:26 Lit., salvarte
  23. 1 Samuel 25:27 Lit., esta bendición
  24. 1 Samuel 25:27 Lit., caminan a los pies de
  25. 1 Samuel 25:28 Lit., hará
  26. 1 Samuel 25:29 Lit., alma
  27. 1 Samuel 25:29 Lit., alma
  28. 1 Samuel 25:31 Lit., no te será motivo para tambalear ni tropezadero del corazón
  29. 1 Samuel 25:31 Lit., salvado
  30. 1 Samuel 25:33 Lit., entrar con sangre
  31. 1 Samuel 25:33 Lit., salvarme
  32. 1 Samuel 25:34 Lit., uno que orina contra la pared
  33. 1 Samuel 25:35 Lit., he escuchado tu voz
  34. 1 Samuel 25:35 Lit., he alzado tu rostro
  35. 1 Samuel 25:36 Lit., nada pequeño ni grande
  36. 1 Samuel 25:42 Lit., andaban a sus pies