Un destino común

A todo esto me dediqué de lleno y comprobé que los justos y los sabios, junto con sus obras, están en las manos de Dios; pero ninguno sabe del amor ni del odio, aunque los tenga ante sus ojos. Para todos hay un mismo final: para el justo y el injusto, para el bueno y el malo, para el puro y el impuro, para el que ofrece sacrificios y para el que no los ofrece.

Tanto para el bueno,
    como para el pecador;
tanto para el que hace juramentos,
    como para el que no los hace por temor.

Hay un mal en todo lo que se hace bajo el sol: todos tienen un mismo final. Además, el corazón del hombre rebosa de maldad; la necedad está en su corazón toda su vida y después de eso la muerte. ¿Por quién, pues, decidirse? Entre todos los vivos hay esperanza, pues vale más perro vivo que león muerto.

Porque los vivos saben que han de morir,
    pero los muertos no saben nada;
tampoco tienen recompensa,
    pues su memoria cae en el olvido.
Sus amores, odios
    y pasiones llegan a su fin;
nunca más vuelven a tener parte
    en nada de lo que se hace bajo el sol.

¡Anda, come tu pan con gozo! ¡Bebe tu vino con corazón alegre, que Dios ya se ha agradado de tus obras! Que sean siempre tus vestidos blancos y que no falte nunca el perfume en tu cabeza. Goza de la vida con la mujer amada cada día de la vida de vanidad que Dios te ha dado bajo el sol. ¡Cada uno de tus días de vanidad! Esta es la recompensa de tu vida y de los afanes que pasas bajo el sol. 10 Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en los dominios de la muerte,[a] adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.

Más vale sabiduría que fuerza

11 Me fijé de nuevo que bajo el sol

la carrera no la ganan los más veloces
    ni ganan la batalla los más valientes;
tampoco los sabios tienen qué comer
    ni los inteligentes abundan en dinero,
    ni los instruidos gozan de simpatía;
sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos.

12 Vi además que nadie sabe cuándo le llegará su hora.

Así como los peces caen en la red fatal
    y las aves caen en la trampa,
también los hombres se ven atrapados
    por una desgracia que de pronto les sobreviene.

13 También vi bajo el sol este notable caso de sabiduría: 14 una ciudad pequeña, con pocos habitantes, contra la cual se dirigió un rey poderoso que la sitió y construyó a su alrededor una impresionante maquinaria de asalto. 15 En esa ciudad había un hombre pobre, pero sabio, que con su sabiduría salvó a la ciudad, ¡pero nadie se acordó de aquel hombre pobre!

16 Yo digo que «la sabiduría es mejor que la fuerza», aun cuando se menosprecie la sabiduría del pobre y no se preste atención a sus palabras.

17 Más se atiende a las palabras tranquilas de los sabios
    que a los gritos del jefe de los necios.
18 Es mejor la sabiduría que las armas de guerra,
    pero un solo pecador destruye muchos bienes.

Footnotes

  1. 9:10 en los dominios de la muerte. Lit. en el Seol.

A todo esto dirigí mi atención, para concluir lo siguiente: Que la gente sabia y honrada está en las manos de Dios, lo mismo que sus obras, pero que nosotros los mortales nada sabemos del amor ni del odio, aun cuando los tengamos delante de nosotros. A todos nos espera lo mismo. El mismo final tendrán los justos y los injustos, los buenos y los malos, los puros y los impuros, los que ofrecen sacrificios y los que no los ofrecen, los que hacen lo bueno y los que hacen lo malo, los que hacen juramentos y los que no los hacen.

Hay un mal en todo lo que se hace bajo el sol, y es que a todos los mortales nos espera lo mismo, y que durante toda nuestra vida tenemos el corazón lleno de maldad e insensatez, y que al final acabamos entre los muertos. Sin embargo, aún hay esperanza para todos los que viven, pues un perro vivo es mejor que un león muerto. Ciertamente, los que viven saben que un día morirán; pero los muertos nada saben ni nada esperan, porque su memoria queda en el olvido. También mueren con ellos sus amores, sus odios y sus envidias, y jamás vuelven a participar en nada de lo que se hace bajo el sol.

¡Vamos, disfruta de tu pan con alegría, y bebe tu vino con un corazón feliz, porque tus obras son del agrado de Dios!

¡Que sean siempre blancos tus vestidos! ¡Que nunca te falte perfume en la cabeza!

¡Goza de la vida con tu amada, todos los días de la vana vida que se te ha concedido bajo el sol! ¡Ésa es tu parte en esta vida! ¡Eso es lo que te ha tocado de todos tus afanes bajo el sol!

10 Todo lo que te venga a la mano hacer, hazlo según tus fuerzas. En el sepulcro, que es adonde vas, no hay obras ni proyectos, ni conocimiento ni sabiduría.

11 Volví la mirada, y vi bajo el sol que no son los más veloces los que ganan la carrera, ni son los más fuertes los que ganan la guerra; también vi que los sabios no tienen qué comer, que quien es inteligente no es necesariamente rico, y que quien tiene conocimientos no siempre es favorecido. Todos ellos tienen su momento y su ocasión.

12 A decir verdad, nosotros los mortales no sabemos cuándo nos llegará la hora. Somos como los peces cuando caen en la red artera, o como las aves cuando caen en la trampa: cuando un mal momento nos sobreviene, quedamos atrapados.

13 También he visto bajo el sol algo que encierra una gran sabiduría: 14 Un rey muy poderoso lanzó su ataque contra una ciudad muy pequeña, defendida por muy pocos hombres. Le puso sitio y levantó contra ella grandes baluartes. 15 Allí dentro se encontraba un hombre pobre, pero sabio, que con su sabiduría podría haber salvado a la ciudad, ¡pero nadie se acordó de ese hombre pobre! 16 Entonces me dije: La sabiduría puede más que la fuerza, aun cuando la sabiduría del pobre sea menospreciada y no se preste atención a sus consejos.

17 Es mejor escuchar las suaves palabras del sabio
que los gritos del rey de los necios.
18 La sabiduría es mejor que las armas de guerra,
aunque un solo error destruye muchas cosas buenas.

Todo está en manos de Dios

Pues bien, he tomado todas estas cosas en mi corazón y declaro[a] todo esto: que los justos y los sabios y sus hechos están en la mano de Dios(A). Los hombres no saben(B) ni de amor ni de odio(C), aunque todo está delante de ellos.

A todos les sucede lo mismo(D):

Hay una misma suerte para el justo y para el impío;
para el bueno[b], para el limpio y para el inmundo;
para el que ofrece sacrificio y para el que no sacrifica.
Como el bueno, así es el pecador;
como el que jura, así es el que teme jurar[c](E).

Este mal hay en todo lo que se hace bajo el sol: que hay una misma suerte para todos(F). Además, el corazón de los hijos de los hombres está lleno de maldad(G) y hay locura(H) en su corazón toda su vida. Después se van a los muertos. Para cualquiera que está unido con los vivos, hay esperanza; ciertamente un perro vivo es mejor que un león muerto.

Porque los que viven saben que han de morir,
pero los muertos no saben nada(I),
ni tienen ya ninguna recompensa,
porque su memoria está olvidada(J).
En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido,
y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace(K) bajo el sol.

Vete, come tu pan con gozo,
y bebe tu vino con corazón alegre,
porque Dios ya ha aprobado tus obras(L).
En todo tiempo sean blancas tus ropas(M),
y que no falte ungüento sobre tu cabeza(N).

Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de tu vida fugaz[d](O) que Él te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad, porque esta es tu parte en la vida y en el trabajo con que te afanas bajo el sol(P).

10 Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas(Q); porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría(R) en el Seol[e](S) adonde vas.

11 Vi además que bajo el sol
no es de los ligeros la carrera(T),
ni de los valientes[f] la batalla(U);
y que tampoco de los sabios es el pan,
ni de los entendidos las riquezas(V),
ni de los hábiles el favor,
sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos(W).

12 Porque el hombre tampoco conoce su tiempo(X):

como peces atrapados en la red traicionera,
y como aves apresadas en la trampa(Y),
así son atrapados los hijos de los hombres(Z) en el tiempo malo
cuando este cae de repente sobre ellos(AA).

Sabiduría y necedad

13 También esto llegué a ver como sabiduría bajo el sol, y me impresionó[g]: 14 Había una pequeña ciudad con pocos hombres en ella. Llegó[h] un gran rey, la cercó y construyó contra ella grandes baluartes; 15 pero en ella se hallaba un hombre pobre y sabio(AB); y él con su sabiduría libró[i] la ciudad(AC); sin embargo, nadie se acordó de aquel hombre pobre(AD). 16 Y yo me dije:

Mejor es la sabiduría que la fuerza(AE);
pero la sabiduría del pobre se desprecia
y no se presta atención a sus palabras.
17 Las palabras del sabio oídas en quietud son mejores
que los gritos del gobernante entre los necios(AF).
18 Mejor es la sabiduría que las armas de guerra(AG),
pero un solo pecador destruye mucho bien(AH).

Footnotes

  1. Eclesiastés 9:1 Lit., examino
  2. Eclesiastés 9:2 Algunas versiones antiguas agregan: y para el malo
  3. Eclesiastés 9:2 Lit., un juramento
  4. Eclesiastés 9:9 Lit., vida de vanidad
  5. Eclesiastés 9:10 I.e., región de los muertos
  6. Eclesiastés 9:11 O, guerreros
  7. Eclesiastés 9:13 Lit., grande fue para mí
  8. Eclesiastés 9:14 Lit., Vino a ella
  9. Eclesiastés 9:15 O, pudiera haber librado