Los sueños del faraón

41 Dos años más tarde, el faraón tuvo un sueño: Estaba de pie junto al río Nilo cuando, de pronto, del río salieron siete vacas hermosas y gordas que se pusieron a pastar entre los juncos. Detrás de ellas salieron otras siete vacas, feas y flacas, que se pararon a orillas del Nilo, junto a las primeras. ¡Y las vacas feas y flacas se comieron a las vacas hermosas y gordas!

En ese momento el faraón se despertó. Pero volvió a dormirse y tuvo otro sueño: Siete espigas de trigo, grandes y hermosas, crecían de un solo tallo. Tras ellas brotaron otras siete espigas, delgadas y quemadas por el viento del este. ¡Y las siete espigas delgadas se comieron a las espigas grandes y hermosas!

En eso el faraón se despertó y se dio cuenta de que solo era un sueño.

Sin embargo, a la mañana siguiente se levantó muy preocupado, mandó llamar a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los dos sueños. Pero nadie se los pudo interpretar.

Entonces el jefe de los coperos dijo al faraón: «Ahora me doy cuenta del grave error que he cometido. 10 Cuando el faraón se enojó con sus servidores, es decir, conmigo y con el jefe de los panaderos, nos mandó a la cárcel, bajo la custodia del capitán de la guardia. 11 Una misma noche, los dos tuvimos un sueño, cada sueño con su propio significado. 12 Allí, con nosotros, había un joven hebreo, esclavo del capitán de la guardia. Le contamos nuestros sueños y a cada uno nos interpretó el sueño. 13 ¡Y todo sucedió tal como él lo había interpretado! A mí me restituyeron mi cargo y al jefe de los panaderos lo ahorcaron».

14 El faraón mandó llamar a José y enseguida lo sacaron de la cárcel. Luego de afeitarse y cambiarse de ropa, José se presentó ante el faraón 15 quien dijo:

—Tuve un sueño que nadie ha podido interpretar. Pero me he enterado de que, cuando tú oyes un sueño, eres capaz de interpretarlo.

16 —No soy yo quien puede hacerlo —respondió José—, sino que es Dios quien dará al faraón una respuesta favorable.

17 El faraón contó a José lo siguiente:

—En mi sueño, estaba yo de pie a orillas del río Nilo. 18 De pronto, salieron del río siete vacas gordas y hermosas, y se pusieron a pastar entre los juncos. 19 Detrás de ellas salieron otras siete vacas, feas y flacas. ¡Jamás se habían visto vacas tan raquíticas en toda la tierra de Egipto! 20 Y las siete vacas feas y flacas se comieron a las siete vacas gordas. 21 Pero después de habérselas comido, no se les notaba en lo más mínimo, porque seguían tan feas como antes. Entonces me desperté.

22 »Después tuve otro sueño: Siete espigas de trigo, grandes y hermosas, crecían de un solo tallo. 23 Tras ellas brotaron otras siete espigas marchitas, delgadas y quemadas por el viento del este. 24 Las siete espigas delgadas se comieron a las espigas grandes y hermosas. Todo esto se lo conté a los magos, pero ninguno de ellos me lo pudo interpretar».

25 José explicó al faraón:

—En realidad, los dos sueños del faraón son uno solo. Dios le ha anunciado lo que está por hacer. 26 Las siete vacas hermosas y las siete espigas hermosas son siete años. Se trata del mismo sueño. 27 Y las siete vacas flacas y feas, que salieron detrás de las otras, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento del este, son también siete años. Pero estos serán siete años de hambre.

28 »Tal como le he dicho al faraón, Dios le está mostrando lo que está por hacer. 29 Están por venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, 30 a los que les seguirán siete años de hambre, que harán olvidar toda la abundancia que antes hubo. ¡El hambre acabará con Egipto! 31 Tan terrible será el hambre que nadie se acordará de la abundancia que antes hubo en el país. 32 El faraón tuvo el mismo sueño dos veces porque Dios ha resuelto firmemente hacer esto y lo llevará a cabo muy pronto.

33 »Por todo esto, el faraón debería buscar un hombre competente y sabio para que se haga cargo de la tierra de Egipto. 34 Además, el faraón debería nombrar inspectores en todo Egipto, para que durante los siete años de abundancia recauden la quinta parte de la cosecha en todo el país. 35 Bajo el control del faraón, esos inspectores deberán juntar el grano de los años buenos que vienen y almacenarlo en las ciudades, para que haya una reserva de alimento. 36 Este alimento almacenado servirá a Egipto para los siete años de hambre que sufrirá y así la gente del país no morirá de hambre».

37 Al faraón y a sus servidores les pareció bueno el plan. 38 Entonces el faraón preguntó a sus servidores:

—¿Podremos encontrar una persona así en quien repose el Espíritu de Dios?

39 Luego dijo a José:

—Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú. 40 Quedarás a cargo de mi palacio y todo mi pueblo cumplirá tus órdenes. Solo respecto al trono yo tendré más autoridad que tú.

José, gobernador de Egipto

41 Así que el faraón dijo a José:

—Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto.

42 De inmediato, el faraón se quitó el anillo oficial y se lo puso a José. Hizo que lo vistieran con ropas de lino fino y que le pusieran un collar de oro en el cuello. 43 Después lo invitó a subirse al carro reservado para el segundo en autoridad y ordenó que gritaran: «¡Inclínense!». Fue así como el faraón puso a José al frente de todo el territorio de Egipto.

44 Entonces el faraón dijo:

—Yo soy el faraón, pero nadie en todo Egipto podrá hacer nada sin tu permiso.

45 El faraón cambió el nombre de José y lo llamó Zafenat Panea; además, le dio por esposa a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de la ciudad de On.[a] De este modo quedó José a cargo de Egipto. 46 Tenía treinta años cuando comenzó a trabajar al servicio del faraón, rey de Egipto.

Tan pronto como se retiró José de la presencia del faraón, se dedicó a recorrer todo el territorio de Egipto. 47 Durante los siete años de abundancia la tierra produjo grandes cosechas, 48 así que José fue recogiendo todo el alimento que se produjo en Egipto durante esos siete años y lo almacenó en las ciudades. 49 Juntó alimento como quien junta arena del mar y fue tanto lo que recogió que dejó de contabilizarlo. ¡Ya no había forma de mantener el control!

50 Antes de comenzar el primer año de hambre, José tuvo dos hijos con su esposa Asenat, la hija de Potifera, sacerdote de On. 51 Al primero lo llamó Manasés,[b] porque dijo: «Dios ha hecho que me olvide de todos mis problemas y de mi casa paterna». 52 Al segundo lo llamó Efraín,[c] porque dijo: «Dios me ha hecho fecundo en esta tierra donde he sufrido».

53 Los siete años de abundancia en Egipto llegaron a su fin 54 y, tal como José lo había anunciado, comenzaron los siete años de hambre, la cual se extendió por todos los países. Pero a lo largo y a lo ancho del territorio de Egipto había alimento. 55 Cuando también en Egipto comenzó a sentirse el hambre, el pueblo clamó al faraón pidiéndole comida. Entonces el faraón dijo a todo el pueblo de Egipto: «Vayan a ver a José y hagan lo que él diga».

56 Cuando ya el hambre se había extendido por todo el territorio y había arreciado, José abrió los graneros para vender alimento a los egipcios. 57 Además, de todos los países llegaban a Egipto para comprarle alimento a José, porque el hambre cundía ya por todo el mundo.

Footnotes

  1. 41:45 On. Es decir, Heliópolis (Ciudad del Sol); también en v. 50.
  2. 41:51 Manasés: esta palabra suena como la palabra hebrea que significa hacer olvidar.
  3. 41:52 Efraín: esta palabra suena como la palabra hebrea que significa fecundidad.

José interpreta el sueño de Faraón

41 Dos años después, sucedió que el faraón tuvo un sueño, en el que se veía de pie, junto al río. Del río salían siete vacas, muy hermosas y gordas, que se alimentaban de los pastos. Tras ellas salían del río otras siete vacas, muy flacas y feas, que se pararon a la orilla del río, cerca de las vacas hermosas, ¡y las vacas flacas y feas se comían a las siete vacas hermosas y gordas! Y el faraón se despertó. Pero volvió a dormirse, y la segunda vez soñó que de una sola caña crecían siete espigas, muy hermosas y llenas de trigo, y que tras ellas salían otras siete espigas, delgadas y marchitadas por el viento solano; ¡y las siete espigas delgadas se comían a las siete espigas hermosas y llenas de trigo! Y el faraón se despertó, y vio que sólo era un sueño. Por la mañana el faraón estaba muy agitado, y mandó llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios; y el faraón les contó sus sueños, pero no había quien se los pudiera interpretar.

Entonces el jefe de los coperos habló con el Faraón y le dijo:

«Ahora me acuerdo de que he fallado. 10 Cuando Su Majestad se enojó contra el jefe de los panaderos y contra mí, sus siervos, nos mandó a la prisión en la casa del capitán de la guardia. 11 Y en una misma noche él y yo tuvimos un sueño, y cada sueño tenía su propio significado. 12 Allí, con nosotros, estaba un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y cuando le contamos nuestros sueños, él nos interpretó lo que cada uno había soñado. 13 Y resultó que todo sucedió tal y como él nos los interpretó: yo fui restituido a mi puesto, y el otro fue enviado a la horca.»

14 El faraón mandó entonces llamar a José. Con mucha prisa lo sacaron de la cárcel, y él se afeitó y se cambió de ropa, y se presentó ante el faraón. 15 El faraón le dijo:

«He tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Pero he oído decir que tú oyes un sueño y lo puedes interpretar.»

16 José le respondió al faraón:

«No depende de mí. Pero Dios dará al faraón una respuesta propicia.»

17 Entonces el faraón le dijo:

«En mi sueño, yo me veía de pie, a la orilla del río. 18 Del río salieron siete vacas muy gordas y hermosas, que se alimentaban de los pastos. 19 Detrás de ellas salieron otras siete vacas, muy flacas y feas. ¡Estaban tan flacas, que no he visto otras tan feas en toda la tierra de Egipto! 20 Y las vacas flacas y feas se comían a las primeras siete vacas gordas, 21 y éstas entraban en su panza, y nadie podía saber que las tuvieran adentro, porque se veían igual de flacas, como al principio. Entonces desperté. 22 En mis sueños también vi que siete espigas, llenas de trigo y hermosas, crecían de un mismo tallo. 23 Tras ellas crecían otras siete espigas, delgadas y marchitadas por el viento solano, 24 ¡y las espigas delgadas se comían a las siete espigas hermosas! Les he dicho esto a los magos, pero no hay quien me lo interprete.»

25 José le respondió al faraón:

«El sueño de mi señor el faraón es uno solo. Dios le ha hecho saber lo que él está por hacer. 26 Las siete vacas hermosas son siete años, y las espigas hermosas también son siete años. El sueño es uno solo. 27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años, y las siete espigas delgadas y marchitadas por el viento solano serán siete años de hambre. 28 Ésta es mi respuesta a Su Majestad: Dios ha mostrado a Su Majestad lo que él está por hacer. 29 Vienen ya siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. 30 Pero a estos les seguirán siete años de hambre. Toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, porque el hambre acabará con la tierra. 31 Por causa del hambre que vendrá, y que será gravísima, esa abundancia quedará ignorada. 32 El hecho de que Su Majestad haya tenido el mismo sueño dos veces, significa que Dios ha decidido hacer esto, y que muy pronto lo hará. 33 Su Majestad debe buscarse ya un hombre inteligente y sabio, y ponerlo al frente de la tierra de Egipto. 34 Debe también poner gobernadores al frente del país, y tomar la quinta parte de lo que produzca la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. 35 Se deben almacenar todos los alimentos de estos buenos años que vienen, y bajo el control de Su Majestad recogerse y guardarse el trigo, para el sustento de las ciudades. 36 Estas provisiones deben quedar almacenadas para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto. Así el país no perecerá de hambre.»

José, gobernador de Egipto

37 Esto le pareció bien al faraón y a sus siervos, 38 y el faraón les dijo a sus siervos: «¿Podremos encontrar a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?»

39 A José le dijo:

«Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan inteligente y sabio como tú. 40 Así que tú estarás al frente de mi casa,(A) y todo mi pueblo se someterá a lo que digas; solamente en el trono seré mayor que tú.»

41 También le dijo el faraón a José:

«Como ves, yo te he puesto al frente de toda la tierra de Egipto.»

42 Y el faraón se quitó su anillo de la mano, y lo puso en la mano de José; también hizo que lo vistieran con ropas de lino muy fino, y en el cuello le puso un collar de oro; 43 después hizo que subiera en su segundo carro, y que delante de él se gritara: «¡De rodillas!»;[a] y lo puso al frente de toda la tierra de Egipto. 44 Luego el faraón le dijo a José:

«Yo soy el faraón. Pero sin ti nadie alzará la mano ni el pie en toda la tierra de Egipto.»

45 Y el faraón le dio a José el nombre de Safenat Paneaj, y le dio por mujer a Asenat, la hija de Potifera, el sacerdote de On. Entonces José salió para recorrer toda la tierra de Egipto.

46 José tenía treinta años de edad cuando fue presentado ante el faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia del faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto. 47 En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo en grandes cantidades. 48 Y José recogió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y almacenó alimento en las ciudades, y entregó a cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. 49 José recogió trigo en grandes cantidades, como si fuera arena del mar, al grado de no poder contarlo, porque era incontable. 50 Antes de que llegara el primer año de hambre, le nacieron a José dos hijos, los cuales le dio Asenat, la hija de Potifera, el sacerdote de On. 51 Al primogénito le puso por nombre Manasés,[b] porque dijo: «Dios me ha hecho olvidar todos mis sufrimientos, y toda la casa de mi padre.» 52 Al segundo le puso por nombre Efraín;[c] porque dijo: «Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.»

53 Los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto llegaron a su fin, 54 y comenzaron a llegar los siete años de hambre,(B) como José lo había dicho. Y hubo hambre en todos los países, pero en toda la tierra de Egipto había pan. 55 Cuando arreció el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo pedía a gritos al faraón que le diera pan. Y el faraón les dijo a todos los egipcios: «Vayan a ver a José, y hagan lo que él les diga.»(C) 56 El hambre cundía por todo el país. Entonces José abrió todos los graneros donde había trigo, y se lo vendía a los egipcios, porque el hambre arreciaba en la tierra de Egipto. 57 Y de todas partes venían a Egipto para comprar trigo de José, porque el hambre había arreciado por toda la tierra.

Footnotes

  1. Génesis 41:43 Abrek, probablemente una palabra egipcia semejante en sonido a la palabra hebrea que significa arrodillarse.
  2. Génesis 41:51 Es decir, El que hace olvidar.
  3. Génesis 41:52 De una palabra hebrea que significa fructífero.

Los sueños de Faraón

41 Y aconteció que al cabo de dos años[a], Faraón tuvo un sueño; y he aquí, soñó que estaba de pie junto al Nilo. Y de pronto[b], del Nilo subieron siete vacas de hermoso aspecto y gordas[c], y pacían en el carrizal(A). Pero he aquí, otras siete vacas de mal aspecto y flacas[d] subieron del Nilo detrás de ellas, y se pararon junto a las otras vacas a la orilla del Nilo; y las vacas de mal aspecto y flacas[e] devoraron las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Entonces Faraón despertó. Se quedó dormido y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. Y he aquí que siete espigas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquellas. Y las espigas menudas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Entonces Faraón despertó, y he aquí, era un sueño. Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado(B), y mandó llamar a todos los adivinos[f] de Egipto(C), y a todos sus sabios(D). Y Faraón les contó sus sueños[g], pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón(E).

Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Quisiera hablar hoy de mis faltas[h](F). 10 Cuando Faraón se enojó con sus siervos y me puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos(G), 11 él y yo tuvimos[i] un sueño en una misma noche; cada uno de nosotros soñó según la interpretación de su propio sueño(H). 12 Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, un siervo del capitán de la guardia(I); y se los contamos, y él nos interpretó los sueños. A cada uno interpretó su[j] sueño(J). 13 Y aconteció que tal como nos lo había interpretado, así sucedió; a mí me restableció Faraón en mi puesto, pero al otro[k] lo ahorcó(K).

José interpreta el sueño de Faraón

14 Entonces Faraón mandó llamar a José(L), y lo sacaron aprisa del calabozo[l]; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Faraón(M). 15 Y Faraón dijo a José: He tenido[m] un sueño y no hay quien lo interprete(N); y he oído decir de ti[n], que oyes un sueño y lo puedes interpretar[o](O). 16 José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí(P); Dios dará a Faraón una respuesta favorable[p](Q). 17 Entonces habló Faraón a José: En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del Nilo. 18 Y vi[q] siete vacas gordas[r] y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal. 19 Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas[s], de tal fealdad[t] como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto. 20 Y las vacas flacas y feas[u] devoraron las primeras siete vacas gordas. 21 Pero cuando las habían devorado[v], no se podía notar[w] que las hubieran devorado[x]; pues[y] su aspecto era tan feo[z] como al principio. Entonces me desperté. 22 Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. 23 Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquellas; 24 y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos[aa], pero no hubo quien me lo pudiera explicar(R).

25 Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son[ab] uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que Él va a hacer(S). 26 Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son[ac] uno. 27 Y las siete vacas flacas y feas[ad] que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre(T). 28 Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer(U). 29 He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto(V); 30 y después de ellos vendrán[ae] siete años de hambre(W), y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará[af] la tierra. 31 Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá[ag], que será muy severa. 32 Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios(X), y Dios lo hará pronto. 33 Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio(Y), y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34 Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. 35 Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades(Z) el grano para alimento bajo la autoridad[ah] de Faraón, y que lo protejan. 36 Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.

José gobernador de todo Egipto

37 Y la idea[ai] pareció bien a[aj] Faraón y a[ak] todos sus siervos. 38 Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios(AA)? 39 Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú(AB). 40 Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes[al]; solamente en el trono yo seré mayor que tú(AC). 41 Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto(AD). 42 Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano(AE) y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello(AF). 43 Lo hizo montar en su segundo carro[am], y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla[an]! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Entonces Faraón dijo a José: Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso[ao](AG) en toda la tierra de Egipto. 45 Y Faraón llamó a José por el nombre de Zafnat-panea[ap], y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On[aq](AH). Y salió José por toda la tierra de Egipto.

46 José tenía treinta años(AI) cuando se presentó ante[ar] Faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto. 47 Y produjo la tierra a manos llenas durante los siete años de abundancia. 48 Y él recogió todo el fruto[as] de estos siete años de abundancia[at] que hubo en la tierra de Egipto, y guardó[au] el alimento en las ciudades; y guardó[av] en cada ciudad el fruto[aw] de sus campos circunvecinos. 49 Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo[ax] porque no se podía medir[ay].

50 Y le nacieron a José dos hijos(AJ) antes de que llegaran los años[az] de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On[ba]. 51 Y al primogénito José le puso el nombre de Manasés[bb], porque dijo: Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre. 52 Y al segundo le puso el nombre de Efraín[bc], porque dijo: Dios me ha hecho fecundo(AK) en la tierra de mi aflicción.

Los siete años de hambre

53 Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto, 54 y comenzaron a venir los siete años de hambre(AL), tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan. 55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga(AM). 56 Y el hambre se extendió[bd] sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros[be] y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto. 57 Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra(AN).

Footnotes

  1. Génesis 41:1 Lit., dos años completos
  2. Génesis 41:2 Lit., he aquí
  3. Génesis 41:2 Lit., gordas de carne
  4. Génesis 41:3 Lit., flacas de carne
  5. Génesis 41:4 Lit., flacas de carne
  6. Génesis 41:8 O, sacerdotes adivinos
  7. Génesis 41:8 Lit., su sueño
  8. Génesis 41:9 O, pecados
  9. Génesis 41:11 Lit., soñamos
  10. Génesis 41:12 Lit., según su
  11. Génesis 41:13 Lit., a él
  12. Génesis 41:14 Lit., foso
  13. Génesis 41:15 Lit., soñado
  14. Génesis 41:15 Lit., de ti, diciendo
  15. Génesis 41:15 Lit., para interpretarlo
  16. Génesis 41:16 Lit., Aparte de mí, Dios responderá a la paz de Faraón
  17. Génesis 41:18 Lit., he aquí
  18. Génesis 41:18 Lit., gordas de carne
  19. Génesis 41:19 Lit., flacas de carne
  20. Génesis 41:19 Lit., tan malas
  21. Génesis 41:20 Lit., malas
  22. Génesis 41:21 Lit., habían entrado en sus entrañas
  23. Génesis 41:21 O, saber
  24. Génesis 41:21 Lit., habían entrado en sus entrañas
  25. Génesis 41:21 Lit., y
  26. Génesis 41:21 Lit., malo
  27. Génesis 41:24 O, sacerdotes adivinos
  28. Génesis 41:25 Lit., El sueño...es
  29. Génesis 41:26 Lit., el sueño es
  30. Génesis 41:27 Lit., malas
  31. Génesis 41:30 Lit., se levantarán
  32. Génesis 41:30 Lit., destruirá
  33. Génesis 41:31 Lit., seguirá
  34. Génesis 41:35 Lit., mano
  35. Génesis 41:37 Lit., palabra
  36. Génesis 41:37 Lit., a los ojos de
  37. Génesis 41:37 Lit., a los ojos de
  38. Génesis 41:40 Lit., besará a causa de tu boca
  39. Génesis 41:43 Lit., el segundo carro que era suyo
  40. Génesis 41:43 Heb., abrek; i.e., atención o abrid paso
  41. Génesis 41:44 Lit., sin ti
  42. Génesis 41:45 Probablemente en egipcio: Dios habla; él vive
  43. Génesis 41:45 O, Heliópolis
  44. Génesis 41:46 O, entró al servicio de
  45. Génesis 41:48 O, alimento
  46. Génesis 41:48 Así en la versión gr.; el heb. omite: de abundancia
  47. Génesis 41:48 Lit., puso
  48. Génesis 41:48 Lit., puso
  49. Génesis 41:48 O, alimento
  50. Génesis 41:49 Lit., contarlo
  51. Génesis 41:49 Lit., era sin número
  52. Génesis 41:50 Lit., llegará el año
  53. Génesis 41:50 O, Heliópolis
  54. Génesis 41:51 I.e., el que hace olvidar
  55. Génesis 41:52 I.e., fecundo
  56. Génesis 41:56 Lit., estaba
  57. Génesis 41:56 Lit., todo lo que había en ellos