26 Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos.

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26 Jesús es el sumo sacerdote que necesitábamos tener: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y exaltado por encima de los cielos.

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26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

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Vivan como hijos de luz

17 Así que les digo esto e insisto en el Señor: no vivan más con pensamientos frívolos como los paganos.

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La nueva vida en Cristo

17 Pero esto quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía.

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La nueva vida en Cristo

17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,

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21 Has hecho todo esto y he guardado silencio;
    ¿acaso piensas que soy como tú?
Pero ahora voy a reprenderte;
    cara a cara voy a denunciarte.

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21 Todo esto has hecho, y yo me he callado;
habrás pensado que yo soy como tú.
Pero ahora voy a reprenderte;
voy a exhibir todas tus maldades.

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21 Estas cosas hiciste, y yo he callado;

Pensabas que de cierto sería yo como tú;

Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.

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Pues ya basta con el tiempo que han desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos,[a] entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables.

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Footnotes

  1. 4:3 incrédulos. Lit. gentiles.

Baste el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los no creyentes, que viven entregados al libertinaje y las pasiones, a las borracheras, orgías, disipaciones y detestables idolatrías.

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Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

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En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.[a] Como los demás, éramos por naturaleza merecedores de la ira de Dios.

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Footnotes

  1. 2:3 impulsados … propósitos. Lit. en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y los pensamientos.

Entre ellos todos nosotros también vivimos en otro tiempo. Seguíamos los deseos de nuestra naturaleza humana y hacíamos lo que nuestra naturaleza y nuestros pensamientos nos llevaban a hacer. Éramos por naturaleza objetos de ira, como los demás.

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entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

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