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Hesbón y Elalé piden socorro;
hasta en Jahas se oyen sus gritos.
Por eso se acobardan los guerreros de Moab
y se llenan de terror.
Mi corazón pide socorro para Moab;
su gente sale huyendo hasta Sóar, hasta Eglat-selisiya.
Por la cuesta de Luhit suben llorando;
por el camino de Horonaim
lanzan gritos de dolor ante el desastre.
Los pozos de Nimrim han quedado secos,
la hierba está marchita, muerta la vegetación,
no queda ni una hoja verde.

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