33 En aquel día, las víctimas del Señor quedarán tendidas de un extremo a otro de la tierra. Nadie las llorará ni las recogerá ni las enterrará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol.

34 Giman, pastores, y clamen;
    revuélquense en el polvo, jefes del rebaño,
porque les ha llegado el día de la matanza;
    serán dispersados y caerán como carneros escogidos.[a]
35 Los pastores no tendrán escapatoria;
    no podrán huir los jefes del rebaño.
36 Escuchen el clamor de los pastores
    y el gemido de los jefes del rebaño,
    porque el Señor destruye sus pastizales.

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Footnotes

  1. 25:34 carneros escogidos (LXX); vasijas escogidas (TM).

33 Cuando llegue el día, los cadáveres de aquellos a quienes el Señor quite la vida quedarán esparcidos de un extremo al otro de la tierra. Nadie lamentará su muerte, ni nadie los recogerá ni los enterrará. ¡Se quedarán tirados sobre el suelo, como estiércol! 34 Ustedes, pastores, ¡lancen gritos de dolor! Y ustedes, encargados del rebaño, ¡revuélquense en el polvo! ¡Ya el tiempo se ha cumplido para que sean degollados y esparcidos, y caerán como vasijas de gran precio! 35 ¡Ninguno de ustedes escapará con vida!»

36 ¡Puede oírse la gritería de los pastores! ¡Los encargados del rebaño gimen de dolor! Y es que el Señor dejó secos sus pastos.

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