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54 ¡Atención! ¡Oigan el clamor de gran destrucción que se oye desde Babilonia, la tierra que gobiernan los caldeos! 55 Porque el Señor está destruyendo a Babilonia; ya no se escucha la fuerte voz de ella, y ahora las olas rugientes la ahogan. 56 Los ejércitos destructores enemigos llegan y matan a sus valientes; todas sus armas se les rompen a los babilonios en las manos, porque el Señor es buen pagador y le da a Babilonia su merecido.

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