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Quisimos curar a Babilonia,
pero es imposible: ¡dejadla,
vayamos cada cual a nuestra tierra!
Pues su condena llega hasta el cielo,
alcanza la altura de las nubes.
10 El Señor ha sentenciado a nuestro favor;
vamos, contaremos en Sión
la hazaña del Señor, nuestro Dios.
11 Afilad las flechas, embrazad los escudos;
el Señor incita a los reyes de Media,
porque ha decidido destruir Babilonia:
es la venganza del Señor
por haber destruido su Templo.

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