Segundo discurso de Job

A esto Job respondió:

«¡Cómo quisiera que mi angustia se pesara
    y se pusiera en la balanza, junto con mi desgracia!
¡De seguro pesarían más que la arena de los mares!
    ¡Por algo mis palabras son tan impetuosas!
Las saetas del Todopoderoso me han herido,
    y mi espíritu absorbe su veneno.
    ¡Dios ha enviado sus terrores contra mí!
¿Rebuzna el asno salvaje si tiene hierba?
    ¿Muge el buey si tiene forraje?
¿Puede comerse sin sal la comida desabrida?
    ¿Tiene algún sabor la clara de huevo?[a]
Mi paladar se niega a probarla;
    ¡esa comida me enferma!

»¡Ah, si Dios me concediera lo que pido!
    ¡Si Dios me otorgara lo que anhelo!
¡Ah, si Dios se decidiera a destrozarme por completo,
    a descargar su mano sobre mí y aniquilarme!
10 Aun así me quedaría este consuelo,
    esta alegría en medio de mi implacable dolor:
    ¡el no haber negado las palabras del Dios Santo!

11 »¿Qué fuerzas me quedan para seguir esperando?
    ¿Qué fin me espera para querer vivir?
12 ¿Tengo acaso la fuerza de la roca?
    ¿Acaso tengo piel de bronce?
13 ¿Cómo puedo valerme por mí mismo,
    si me han quitado todos mis recursos?

14 »Al amigo que sufre no se le niega la lealtad,[b]
    aunque se haya apartado del temor al Todopoderoso.
15 Pero mis hermanos me traicionan como un torrente;
    como corrientes de arroyos que desaparecen:
16 se enturbian cuando el hielo se derrite;
    se ensanchan al derretirse la nieve,
17 pero dejan de fluir durante las sequías;
    en pleno calor desaparecen de sus lechos.
18 Las caravanas se apartan de sus rutas;
    se encaminan al desierto y allí mueren.
19 Las caravanas de Temá van en busca de agua,
    los mercaderes de Sabá abrigan esperanzas.
20 Se desaniman, a pesar de su confianza;
    llegan allí y se quedan frustrados.
21 Lo mismo pasa con ustedes:
    ¡ven algo espantoso y se asustan!
22 ¿Acaso les he pedido que me den algo
    o que paguen con su dinero mi rescate?
23 ¿Acaso les he pedido que me libren de mi enemigo
    o que me rescaten de las garras de los opresores?

24 »Instrúyanme y me quedaré callado;
    muéstrenme en qué estoy equivocado.
25 ¡Qué dolorosas son las palabras justas!
    ¡Pero los argumentos de ustedes, qué pretenden probar!
26 ¿Pretenden ustedes corregir lo que digo
    y tratar mis palabras desesperadas como si fueran viento?
27 ¡Ustedes echarían suertes hasta por un huérfano
    y venderían a su amigo por cualquier cosa!

28 »Tengan la bondad de mirarme a los ojos.
    ¿Creen que les mentiría en su propia cara?
29 Reflexionen, no sean injustos;
    reflexionen, que en esto radica mi integridad.
30 ¿Acaso hay malicia en mi lengua?
    ¿No puede mi paladar discernir la maldad?

Footnotes

  1. 6:6 la clara de huevo. Alt. el suero del queso, o el jugo de malva.
  2. 6:14 Al amigo … lealtad (lectura probable); para el desahuciado hay lealtad de su amigo (TM).

Job responde a Elifaz

Job le respondió, y dijo:

«¡Cómo quisiera que pusieran en la misma balanza
mi tormento por un lado y mi queja por el otro!
¡Verían que pesan más que la arena del mar!
¡Por eso he hablado sin ton ni son!
El Dios poderoso me ha clavado sus flechas,
y puedo sentir su veneno penetrar en mi espíritu;
¡los terrores de Dios me tienen asediado!
¿Rebuzna el asno montés si no le falta hierba?
¿Muge el buey si no le falta pastura?
¿Habrá quien coma sin sal la comida desabrida?
¿A quién le gusta la clara del huevo?
¡Pues las cosas que antes no soportaba
son las que ahora me alimentan!

»¡Cómo quisiera que Dios me escuchara,
y que me concediera lo que más anhelo!
¡Cómo quisiera que Dios me quitara la vida,
que descargara su mano y me hiciera morir!
10 Para mí, sería un gran consuelo
morir de inmediato sin importar el dolor,
pues no he renegado de su santa voluntad.
11 ¿Quién me refuerza y me mantiene de pie?
He perdido la paciencia, pues desconozco mi fin.
12 ¿Soy acaso tan duro como la roca?
¿Acaso es mi piel resistente como el bronce?
13 Estoy tan débil, que no me puedo mover,
y nadie viene para brindarme auxilio.
14 Al amigo que sufre se le consuela,
aunque se haya olvidado del Todopoderoso.
15 ¡Pero mis impetuosos amigos me han fallado!
¡Son como las corrientes que se salen de su cauce!
16 Son como el agua turbia y congelada,
que se queda cubierta por la nieve
17 pero que con el sol se derrite
y con el calor se evapora.
18 Sin agua, las caravanas pierden el rumbo
y acaban por perderse en el desierto.
19 Las caravanas de Temán y de Sabá
buscaban agua y esperaban encontrarla,
20 Pero al llegar allí se quedaron pasmados;
se vio frustrada su esperanza de vivir.
21 ¡Y así me han dejado ustedes a mí!
¡Al ver mi sufrimiento, se han llenado de miedo!
22 ¿Acaso les pedí que trajeran sus bienes,
y que me sacaran de mi doloroso apuro?
23 ¿Les pedí que me libraran de mi enemigo,
o que me rescataran del poder de los violentos?

24 »¡Ilústrenme, y guardaré silencio!
Quiero comprender cuál es mi error.
25 Cuando es justa la censura, es bienvenida;
pero ustedes me acusan sin razón.
26 Ustedes censuran todo lo que digo,
¡pero son palabras que se lleva el viento!
27 ¡Ustedes son capaces de vender a un huérfano,
y de cavar un hoyo para enterrar a un amigo!

28 »Escúchenme, si quieren atenderme;
piensen bien si soy capaz de mentirles.
29 Vuelvan a juzgarme, pero sin saña;
reconsideren mi causa y vean si es justa.
30 ¿Acaso he hablado con malas intenciones?
¿Acaso no distingo entre el bien y el mal?