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¿No es acaso demasiada tu maldad?
    ¿Y no son incontables tus pecados?
Sin motivo demandabas fianza de tus hermanos,
    y en prenda los despojabas de sus mantos;
    ¡desnudos los dejabas!
Al sediento no le dabas agua;
    al hambriento le negabas la comida.

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