¹⁸ No te vengarás^(A), ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo^(B), sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo^(C); yo soy el Señor.

El amor verdadero y su recompensa

⁴³ Habéis oído que se dijo^(A): «Amarás a tu prójimo^(B) y odiarás a tu enemigo^(C)».

⁴⁴ Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen^(A),

³⁷ Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente^(A). ³⁸ Este es el grande y el primer mandamiento. ³⁹ Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo^(B). ⁴⁰ De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas^(C).

Jesús, Hijo y Señor de David

^41 (D)Estando reunidos los fariseos, Jesús les hizo una pregunta, ⁴² diciendo: ¿Cuál es vuestra opinión sobre el Cristo^[a]? ¿De quién es hijo? Ellos le dijeron*: De David^(E). ⁴³ Él les dijo*: Entonces, ¿cómo es que David en el Espíritu^[b](F) le llama «Señor», diciendo:

⁴⁵ Pues si David le llama «Señor», ¿cómo es Él su hijo? ⁴⁶ Y nadie pudo contestarle ni una palabra^(H), ni ninguno desde ese día se atrevió a hacerle más preguntas.

³⁴ Un mandamiento nuevo os doy^(A): que os améis los unos a los otros^(B); que como yo os he amado^(C), así también os améis los unos a los otros.