32 Escuchen, cielos, y hablaré;
    oye, tierra, las palabras de mi boca.
Que caiga mi enseñanza como lluvia
    y desciendan mis palabras como rocío,
como aguacero sobre el pasto nuevo,
    como lluvia abundante sobre plantas tiernas.

Proclamaré el nombre del Señor.
    ¡Alaben la grandeza de nuestro Dios!
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
    y todos sus caminos son justos.
Dios es fiel; no practica la injusticia.
    Él es recto y justo.

Actuaron contra él de manera corrupta;
    para vergüenza de ellos, ya no son sus hijos; ¡son una generación torcida y perversa!
¿Y así pagas al Señor,
    pueblo tonto y sin sabiduría?
¿Acaso no es tu Padre, tu Creador,
    el que te hizo y te formó?

Recuerda los días de antaño;
    considera las generaciones pasadas.
Pídele a tu padre que te lo diga,
    y a los jefes que te lo expliquen.
Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones,
    cuando dividió a toda la humanidad,
estableció límites a los pueblos
    según el número de los hijos de Israel.
Porque la porción del Señor es su pueblo;
    Jacob es su herencia asignada.

10 Lo halló en una tierra desolada,
    en la rugiente soledad del yermo.
Lo protegió y lo cuidó;
    lo guardó como a la niña de sus ojos;
11 como un águila que agita el nido
    y revolotea sobre sus polluelos,
que despliega su plumaje
    y los lleva sobre sus alas.
12 Solo el Señor lo guiaba;
    ningún dios extraño iba con él.

13 Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra
    y lo alimentó con el fruto de los campos.
Lo nutrió con miel de la peña,
    y con aceite que hizo brotar de la más dura roca;
14 con mantequilla y leche de las vacas y ovejas,
    y con cebados corderos y cabritos;
con toros selectos de Basán
    y las mejores espigas del trigo.
Bebió la sangre espumosa de la uva.

15 Jesurún[a] engordó y pateó;
    se hartó de comida, y se puso corpulento y rollizo.
Abandonó al Dios que le dio vida
    y rechazó a la Roca de su salvación.
16 Lo provocó a celos con dioses extraños
    y lo hizo enojar con sus ídolos detestables.
17 Ofreció sacrificios a los demonios, que no son Dios;
    dioses que no había conocido,
    dioses recién aparecidos,
    dioses que jamás sus antepasados adoraron.
18 ¡Despreciaste a la Roca que te engendró!
    ¡Olvidaste al Dios que te dio vida!

19 Al ver esto, el Señor los rechazó
    porque sus hijos y sus hijas lo irritaron.
20 «Les voy a dar la espalda» —dijo—,
    «a ver en qué terminan;
son una generación perversa,
    ¡son unos hijos infieles!
21 Me provocaron celos con lo que no es Dios como yo
    y me enojaron con sus ídolos inútiles.
Pues yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son pueblo;
    voy a irritarlos con una nación insensata.
22 Se ha encendido el fuego de mi ira,
    que quema hasta lo profundo de los dominios de la muerte.[b]
Devorará la tierra y sus cosechas,
    y consumirá la raíz de las montañas.

23 »Amontonaré calamidades sobre ellos
    y contra ellos lanzaré mis flechas.
24 Enviaré a que los consuman el hambre,
    la pestilencia nauseabunda y la plaga mortal.
Lanzaré contra ellos los colmillos de las fieras
    y el veneno de las víboras que se arrastran por el polvo.
25 En la calle, la espada los dejará sin hijos,
    y en sus casas reinará el terror.
Perecerán los jóvenes y las doncellas,
    los que aún maman y los que ya se peinan canas.
26 Me dije: “Voy a dispersarlos;
    borraré de la tierra su memoria”.
27 Pero temí las provocaciones del enemigo;
    temí que el adversario no entendiera
y llegara a pensar: “Hemos triunfado;
    nada de esto lo ha hecho el Señor”».

28 Como nación, han perdido el juicio;
    carecen de discernimiento.
29 ¡Si tan solo fueran sabios, entendieran esto
    y comprendieran cuál será su fin!
30 ¿Cómo podría un hombre perseguir a mil
    si su Roca no los hubiera vendido?
¿Cómo podrían dos hacer huir a diez mil
    si el Señor no los hubiera entregado?
31 Su roca no es como nuestra Roca.
    ¡Aun nuestros enemigos lo reconocen!
32 Su viña es un retoño de Sodoma,
    de los campos de Gomorra.
Sus uvas están llenas de veneno;
    sus racimos, preñados de amargura.
33 Su vino es veneno de víboras,
    ponzoña mortal de serpientes.

34 «¿No he tenido esto en reserva
    y lo he sellado en mis archivos?
35 Mía es la venganza; yo pagaré.
    A su debido tiempo, su pie resbalará.
Se apresura su desastre,
    y el día del juicio se avecina».

36 El Señor defenderá a su pueblo
    cuando lo vea sin fuerzas;
tendrá compasión de sus siervos
    cuando ya no queden ni esclavos ni libres.
37 Y les dirá: «¿Dónde están ahora sus dioses,
    la roca en la cual se refugiaron?
38 ¿Dónde están los dioses que comieron la gordura de sus sacrificios
    y bebieron el vino de sus ofrendas líquidas?
¡Que se levanten a ayudarles!
    ¡Que les den abrigo!

39 »¡Vean ahora que yo soy único!
    No hay otro dios fuera de mí.
Yo doy la muerte y devuelvo la vida,
    causo heridas y doy sanidad.
    Nadie puede librarse de mi mano.
40 Alzo la mano al cielo y solemnemente juro:
    Tan cierto como que vivo para siempre,
41 cuando afile mi espada reluciente
    y en el día del juicio la tome en mis manos,
me vengaré de mis adversarios;
    ¡les daré su merecido a los que me odian!
42 Mis flechas se embriagarán de sangre
    y mi espada se hartará de carne:
sangre de heridos y de cautivos,
    cabezas de líderes enemigos».

43 Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios;[c]
    él vengará la sangre de sus siervos.
¡Sí! Dios se vengará de sus enemigos,
    y perdonará a su tierra y a su pueblo.

44 Acompañado de Josué,[d] hijo de Nun, Moisés fue y recitó ante el pueblo todas las palabras de este cántico. 45 Cuando terminó, dijo a todos los israelitas: 46 «Guarden en su corazón todo lo que les he declarado solemnemente este día, y digan a sus hijos que obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley. 47 Porque no son palabras vanas para ustedes, sino que de ellas depende su vida; por ellas vivirán mucho tiempo en la tierra que van a poseer al otro lado del Jordán».

Anuncio de la muerte de Moisés

48 Ese mismo día el Señor dijo a Moisés: 49 «Sube a las montañas de Abarín y contempla desde allí el monte Nebo, en el territorio de Moab, frente a Jericó, y el territorio de Canaán, el cual voy a dar en posesión a los israelitas. 50 En el monte al que vas a subir morirás y te reunirás con los tuyos, así como tu hermano Aarón murió y se reunió con sus antepasados en el monte Hor. 51 Esto será así porque, a la vista de todos los israelitas, ustedes dos me fueron infieles en las aguas de Meribá Cades; en el desierto de Zin no honraron mi santidad. 52 Por eso no entrarás en el territorio que voy a darle al pueblo de Israel; solamente podrás verlo de lejos».

Footnotes

  1. 32:15 En hebreo, Jesurún significa el justo, es decir, Israel.
  2. 32:22 dominios de la muerte. Lit. Seol.
  3. 32:43 Alégrense, … de Dios. Alt. Hagan regocijar al pueblo de Dios, naciones.
  4. 32:44 Lit. Oseas, que es una variante del nombre Josué.

32 Escúchenme, cielos, que voy a hablar;
¡que oiga la tierra lo que dirán mis labios!
Mi enseñanza se derramará como la lluvia;
mis razonamientos caerán como el rocío.
Serán como la llovizna sobre la grama,
como gotas de agua sobre la hierba.

Voy a proclamar el nombre del Señor;
voy a enaltecer a nuestro Dios.
Él es nuestra Roca, y su obra es perfecta;
todos sus caminos son de justicia.
Es el Dios de la verdad, justo y recto;
en él no hay ninguna maldad.
La corrupción no es suya, sino de sus hijos,
que son gente torcida y perversa.

Tú, pueblo loco e ignorante,
¿así le pagas al Señor?
¡Él es tu padre! ¡Es tu Creador!
¡Él te hizo y te afirmó!
Acuérdate de los tiempos pasados;
trae a la memoria los años ya idos.
Pregúntale a tu padre, y te lo dirá;
y a tus ancianos, y te contarán
cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones,
cuando hizo el reparto entre el género humano:
él estableció los linderos de los pueblos
según el número de los hijos de Israel.

La porción del Señor es su pueblo;
Jacob es la herencia que le tocó.
10 Lo encontró en un lugar deshabitado;
en un yermo horrible y solitario.
Lo atrajo hacía él mismo, y lo instruyó;
¡lo cuidó como a la niña de sus ojos!
11 Así como el águila revolotea sobre el nido
y anima a sus polluelos a volar,
y extiende sus alas y los levanta en vilo,
y los sostiene sobre sus alas,
12 así también el Señor los guió,
sin la ayuda de ningún dios extraño.
13 Los hizo ascender a las alturas de la tierra,
y les dio a comer los frutos del campo;
de la roca los hizo libar dulce miel,
¡del duro pedernal los hizo extraer aceite!
14 Los alimentó con leche y mantequilla,
con grasa de corderos y carneros de Basán,
y con la carne de machos cabríos;
les dio a comer del mejor trigo
y les dio a beber del mejor vino.

15 Pero Jesurún engordó y dio de coces
(engordó, se llenó de grasa),
y abandonó al Dios que lo hizo;
¡menospreció a la Roca de su salvación!
16 Con dioses ajenos despertó sus celos;
con sus repugnantes hechos provocó su ira.
17 En vez de ofrecerle sacrificios a Dios,(A)
se los ofreció a los demonios,
a dioses que nunca antes había conocido;
a dioses nuevos, venidos de cerca,
a los que sus padres nunca antes adoraron.

18 Te olvidaste de la Roca que te creó;
te olvidaste del Dios que te dio el ser.
19 El Señor vio esto, y se encendió su ira,
porque sus hijos y sus hijas lo menospreciaron.
20 Entonces dijo: «Les daré la espalda.
Voy a ver en qué terminan,
porque son una generación perversa;
son unos hijos inconstantes.
21 Despiertan mis celos(B) con sus ídolos;
¡provocan mi enojo con dioses que no son dioses!
Pero yo también los provocaré a celos
con un pueblo que no es pueblo;
provocaré su enojo con una nación insensata.(C)
22 Porque mi ira es un fuego ardiente,
y arderá hasta las profundidades del sepulcro;
devorará la tierra y sus frutos,
y consumirá los fundamentos de los montes.
23 Amontonaré sobre ellos calamidades;
¡lanzaré contra ellos mis saetas!
24 El hambre, la fiebre y la peste
los consumirán, y acabarán con ellos;
también enviaré contra ellos colmillos de fieras
y el veneno de serpientes de la tierra.
25 Afuera, los aniquilará la espada;
adentro de sus casas, los dominará el terror;
lo mismo a jóvenes que a doncellas,
lo mismo a niños de pecho que a gente anciana.

26 »Yo había jurado que los esparciría muy lejos,
que pondría fin a su memoria entre los hombres,
27 pero evité las provocaciones del enemigo,
para que no se envanecieran sus adversarios.
No quise que creyeran que todo esto
lo había hecho su propia mano, y no el Señor.
28 Porque son una nación carente de buen juicio:
no tienen capacidad de entendimiento.
29 ¡Si al menos fueran sabios y entendieran esto,
Y se dieran cuenta del fin que les espera!
30 ¿Cómo podría un solo hombre perseguir a mil,
si yo, el Señor, no se los hubiera vendido?
¿Cómo podrían sólo dos poner en fuga a diez mil,
si yo, su Roca, no se los hubiera entregado?»

31 La roca de aquellos no es como nuestra Roca,
y hasta nuestros enemigos pueden constatarlo.
32 La vid de ellos es de la vid de Sodoma,
¡es de los campos de Gomorra!
Sus uvas son uvas ponzoñosas,
y producen racimos de amargura.
33 Su vino es un veneno de serpientes,
¡no es sino mortal ponzoña de áspides!

34 «¿Acaso no he guardado esto conmigo,
y lo tengo sellado entre mis tesoros?
35 A mí me corresponde tomar venganza;(D)
¡en su momento caerán, y les daré su merecido!
Ya se acerca el día de su aflicción;
¡pronto viene lo que les tengo preparado!»

36 Sí, el Señor juzgará a su pueblo,
y por amor de sus siervos cambiará de parecer
al ver que su fuerza se ha debilitado
y que ya no quedan siervos ni libres.
37 Entonces dirá: «¿Y dónde están sus dioses,
esas rocas en las que se refugiaban,
38 que se comían la grasa de sus sacrificios,
y bebían el vino de sus libaciones?
¡Que se levanten y vengan a ayudarlos!
¡Que vengan a defenderlos!
39 Reconozcan ahora que yo soy Dios,
y que no hay otros dioses conmigo.
Yo doy la vida, y yo la quito;
yo hiero de muerte, y yo devuelvo la vida,
y no hay nadie que pueda evitarlo.
40 Yo levanto la mano hacia los cielos
y juro que vivo para siempre,
41 Cuando afile mi espada reluciente
y eche mano de ella en el juicio,
tomaré venganza de mis enemigos
y a los que me odian les daré su merecido.
42 Empaparé de sangre mis saetas,
y mi espada se saciará de carne viva;
de la sangre de los heridos y de los cautivos,
de las cabezas de mis enemigos de larga melena.»

43 Ustedes las naciones, alaben al pueblo del Señor,(E)
porque él vengará la sangre de sus siervos(F)
y tomará venganza de sus enemigos;
¡él hará expiación por la tierra de su pueblo!

44 Moisés se presentó ante el pueblo y, junto con Josué hijo de Nun, les repitió todas las palabras de este cántico. 45 Y cuando Moisés terminó de recitar todas estas palabras ante todo Israel, 46 les dijo:

«Entréguense de corazón a cumplir todas las palabras de esta ley que hoy les he expuesto, y vean que sus hijos las cumplan, y ocúpense de cumplirlas. 47 No se trata de palabras sin sentido, sino que se trata de su propia vida. Por medio de esta ley ustedes prolongarán su vida sobre la tierra al otro lado del Jordán, adonde ahora se dirigen para tomar posesión de ella.»

Moisés contempla la tierra de Canaán

48 Ese mismo día el Señor habló con Moisés. Le dijo:

49 «Sube al monte Abarín, a la cumbre del monte Nebo, que está en la tierra de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán, que yo doy a los hijos de Israel como su propiedad. 50 Allí, en ese monte al cual vas a subir, morirás y te reunirás con tu pueblo, del mismo modo que antes tu hermano Aarón murió en el monte Hor y fue a reunirse con su pueblo. 51 Allá, en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin, ustedes pecaron contra mí delante de los hijos de Israel, y delante de ellos no me santificaron. 52 Por eso, sólo verás ante tus ojos la tierra que voy a dar a los hijos de Israel, pero no entrarás en ella.»(G)

Cántico de Moisés

32 Prestad atención, oh cielos, y dejadme hablar;
y escuche la tierra(A) las palabras de mi boca.
Caiga como la lluvia mi enseñanza(B),
y destile como el rocío(C) mi discurso,
como llovizna sobre el verde prado
y como aguacero sobre la hierba.
Porque yo proclamo el nombre del Señor(D);
atribuid grandeza a nuestro Dios(E).
¡La Roca! Su obra es perfecta(F),
porque todos sus caminos son justos[a](G);
Dios de fidelidad(H) y sin injusticia,
justo y recto es Él.
En forma corrompida se han[b] portado con Él.
No son sus hijos(I), debido a los defectos de ellos;
son una generación perversa y torcida(J).
¿Así pagáis al Señor,
oh pueblo insensato e ignorante(K)?
¿No es Él tu padre que te compró(L)?
Él te hizo(M) y te estableció.
Acuérdate de los días de antaño;
considera los años de todas las generaciones.
Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber;
a tus ancianos, y ellos te lo dirán(N).
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia,
cuando separó los hijos del hombre[c](O),
fijó los límites de los pueblos
según el número de los hijos de Israel(P).
Pues la porción del Señor es su pueblo;
Jacob es la parte de su heredad(Q).
10 Lo encontró en tierra desierta,
en la horrenda[d] soledad de un desierto(R);
lo rodeó, cuidó de él,
lo guardó como a la niña de sus ojos(S).
11 Como un águila que despierta su nidada,
que revolotea sobre sus polluelos(T),
extendió sus alas y los tomó(U),
los llevó sobre su plumaje.
12 El Señor solo(V) lo guió,
y con él no hubo dios extranjero(W).
13 Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra,
y comió el producto del campo(X);
le hizo gustar[e] miel de la peña(Y),
y aceite del[f] pedernal(Z),
14 cuajada de vacas y leche de ovejas,
con grosura de corderos,
y carneros de raza de Basán y machos cabríos,
con lo mejor del trigo(AA);
y de la sangre de uvas bebiste vino(AB).

15 Pero Jesurún[g] engordó y dio coces
(has engordado, estás cebado y rollizo(AC));
entonces abandonó a Dios(AD) que lo hizo(AE),
y menospreció a la Roca de su salvación(AF).
16 Le provocaron a celos con dioses extraños(AG),
con abominaciones le provocaron a ira(AH).
17 Ofrecieron sacrificios a demonios(AI), no a Dios,
a dioses que no habían conocido(AJ),
dioses nuevos(AK) que vinieron recientemente,
a los que vuestros padres no temieron.
18 Despreciaste a la Roca(AL) que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz(AM).

19 Y el Señor vio esto, y se llenó de ira[h](AN)
a causa de la provocación de sus hijos y de sus hijas(AO).
20 Entonces Él dijo: «Esconderé de ellos mi rostro,
veré cuál será su fin(AP);
porque son una generación perversa(AQ),
hijos en los cuales no hay fidelidad(AR).
21 Ellos me han provocado a celo con lo que no es Dios;
me han irritado(AS) con sus ídolos[i](AT).
Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo;
los irritaré con una nación insensata(AU),
22 porque fuego se ha encendido en mi ira,
que quema hasta las profundidades del Seol[j](AV),
consume la tierra con su fruto(AW),
e incendia los fundamentos de los montes.

23 »Amontonaré calamidades(AX) sobre ellos,
emplearé en ellos mis saetas(AY).
24 Serán debilitados por el hambre, y consumidos por la plaga[k](AZ)
y destrucción amarga(BA);
dientes de fieras enviaré sobre ellos(BB),
con veneno de serpientes que se arrastran en el polvo(BC).
25 Afuera traerá duelo la espada(BD),
y dentro el terror,
tanto al joven como a la virgen,
al niño de pecho como al hombre encanecido(BE).
26 Yo hubiera dicho: “Los haré pedazos(BF),
borraré la memoria de ellos de entre los hombres(BG)”,
27 si no hubiera temido la provocación del enemigo(BH),
no sea que entendieran mal sus adversarios,
no sea que dijeran: “Nuestra mano ha triunfado[l],
y no es el Señor el que ha hecho todo esto”».

28 Porque son una nación privada[m] de consejo,
y no hay en ellos inteligencia(BI).
29 Ojalá que fueran sabios, que comprendieran esto(BJ),
que discernieran su futuro[n](BK).
30 ¿Cómo es que uno puede perseguir a mil,
y dos hacer huir a diez mil(BL),
si su Roca no los hubiera vendido(BM),
y el Señor no los hubiera entregado?
31 En verdad, su roca no es como nuestra Roca;
aun nuestros mismos enemigos así lo juzgan[o](BN).
32 Porque la vid de ellos es de la vid de Sodoma
y de los campos de Gomorra;
sus uvas son uvas venenosas,
sus racimos, amargos(BO).
33 Su vino es veneno de serpientes,
y ponzoña mortal[p] de cobras.

34 «¿No tengo yo esto guardado conmigo,
sellado en mis tesoros(BP)?
35 Mía es la venganza y la retribución(BQ);
a su tiempo el pie de ellos resbalará(BR),
porque el día de su calamidad está cerca(BS),
ya se apresura lo que les está preparado».
36 Porque el Señor vindicará a su pueblo(BT)
y tendrá compasión de sus siervos(BU),
cuando vea que su fuerza[q] se ha ido,
y que nadie queda, ni siervo ni libre.
37 Dirá Él entonces: «¿Dónde están sus dioses(BV),
la roca en que buscaban refugio,
38 los que comían la grosura de sus sacrificios,
y bebían el vino de su libación(BW)?
¡Que se levanten y os ayuden!
¡Que sean ellos vuestro refugio(BX)!
39 Ved ahora que yo, yo soy el Señor[r](BY),
y fuera de mí no hay dios(BZ).
Yo hago morir y hago vivir(CA).
Yo hiero y yo sano(CB),
y no hay quien pueda librar(CC) de mi mano.
40 Ciertamente, alzo a los cielos mi mano(CD),
y digo: Como que vivo yo para siempre,
41 cuando afile mi espada flameante[s]
y mi mano empuñe la justicia(CE),
me vengaré de mis adversarios
y daré el pago a los que me aborrecen(CF).
42 Embriagaré mis saetas(CG) con sangre,
y mi espada se hartará de carne,
de sangre de muertos y cautivos(CH),
de los jefes[t] de larga cabellera del enemigo».
43 Regocijaos, naciones, con su pueblo(CI),
porque Él vengará la sangre de sus siervos(CJ);
traerá venganza sobre sus adversarios(CK),
y hará expiación por su tierra y su pueblo(CL).

Se ordena a Moisés subir al monte Nebo

44 Entonces llegó Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, con Josué[u], hijo de Nun(CM). 45 Cuando terminó Moisés de hablar todas estas palabras a todo Israel, 46 les dijo: Fijad en vuestro corazón todas las palabras con que os advierto[v] hoy(CN), las cuales ordenaréis a vuestros hijos que las obedezcan cuidadosamente[w], todas las palabras de esta ley(CO). 47 Porque no es palabra inútil para vosotros; ciertamente es vuestra vida(CP). Por esta palabra prolongaréis vuestros días en la tierra adonde vosotros vais, cruzando el Jordán a fin de poseerla(CQ).

48 (CR)En aquel mismo día, habló el Señor a Moisés, diciendo: 49 Sube a estos montes(CS) de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab frente[x] a Jericó, y mira hacia la tierra de Canaán, la cual doy a los hijos de Israel en posesión. 50 Morirás en el monte al cual subes, y serás reunido a tu pueblo(CT), así como murió tu hermano Aarón sobre el monte Hor, y fue reunido a su pueblo; 51 porque me fuisteis infieles en medio de los hijos de Israel(CU) en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin(CV), porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel. 52 Por tanto, solo de lejos verás la tierra(CW), pero allí no entrarás, a la tierra que doy a los hijos de Israel(CX).

Footnotes

  1. Deuteronomio 32:4 O, juicio
  2. Deuteronomio 32:5 Lit., se ha
  3. Deuteronomio 32:8 O, de Adán
  4. Deuteronomio 32:10 O, rugiente
  5. Deuteronomio 32:13 Lit., chupar
  6. Deuteronomio 32:13 Lit., de la roca de
  7. Deuteronomio 32:15 I.e., Israel
  8. Deuteronomio 32:19 Lit., y los despreció
  9. Deuteronomio 32:21 Lit., vanidades
  10. Deuteronomio 32:22 I.e., región de los muertos
  11. Deuteronomio 32:24 Lit., el calor abrasador
  12. Deuteronomio 32:27 Lit., está alta
  13. Deuteronomio 32:28 Lit., pereciendo
  14. Deuteronomio 32:29 O, postrer fin
  15. Deuteronomio 32:31 Lit., son jueces
  16. Deuteronomio 32:33 Lit., cruel
  17. Deuteronomio 32:36 Lit., mano
  18. Deuteronomio 32:39 Lit., El
  19. Deuteronomio 32:41 O, relampagueante
  20. Deuteronomio 32:42 Lit., la cabeza
  21. Deuteronomio 32:44 Lit., Oseas
  22. Deuteronomio 32:46 Lit., testifico
  23. Deuteronomio 32:46 Lit., obedezcan para hacer
  24. Deuteronomio 32:49 Lit., que está frente