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Profecía sobre Etiopía

18 ¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;(A) que envía mensajeros por el mar, y en naves de junco sobre las aguas! Andad, mensajeros veloces, a la nación de elevada estatura y tez brillante, al pueblo temible desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos. Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, escuchad.

Porque Jehová me dijo así: Me estaré quieto, y los miraré desde mi morada, como sol claro después de la lluvia, como nube de rocío en el calor de la siega. Porque antes de la siega, cuando el fruto sea perfecto, y pasada la flor se maduren los frutos, entonces podará con podaderas las ramitas, y cortará y quitará las ramas. Y serán dejados todos para las aves de los montes y para las bestias de la tierra; sobre ellos tendrán el verano las aves, e invernarán todas las bestias de la tierra.

En aquel tiempo será traída ofrenda a Jehová de los ejércitos, del pueblo de elevada estatura y tez brillante, del pueblo temible desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos, al lugar del nombre de Jehová de los ejércitos, al monte de Sion.

Profecía contra Etiopía

18 ¡Ay de la tierra de zumbantes langostas[a]
    más allá de los ríos de Cus,
que por las aguas del río Nilo
    envía emisarios en barcas de juncos!

Vayan, veloces mensajeros,
a una nación de gente alta y de piel brillante,
    a un pueblo temido por doquier,
a una nación agresiva y dominante,
    cuya tierra está surcada por ríos.

Cuando sobre las montañas
    se alce la bandera y suene la trompeta,
¡fíjense, habitantes del mundo!
    ¡Escuchen, pobladores de la tierra!
Así me dijo el Señor:
    «Desde mi morada miraré tranquilo,
como los candentes rayos del sol,
    como las nubes de rocío en el calor de la vendimia».
Porque antes de la vendimia,
    cuando la flor se cae y madura la uva,
se podarán los retoños
    y se arrancarán de raíz las ramas.
Todos ellos quedarán abandonados
    a las aves de rapiña
    y a los animales salvajes;
durante el verano
    serán el alimento de las aves de rapiña;
durante el invierno,
    de todos los animales salvajes.

En aquel tiempo

ese pueblo de alta estatura y de piel brillante,
    ese pueblo temido por doquier,
esa nación agresiva y dominante,
    cuya tierra está surcada por ríos,
    llevará ofrendas al Señor de los Ejércitos.

Se las llevará al monte Sión, al lugar donde habita el nombre del Señor de los Ejércitos.

Footnotes

  1. 18:1 langostas. Lit. alas.