Leyes sobre el homicidio y la violencia

¹² »El que hiera de muerte a otro, ciertamente morirá^(A). ¹³ Pero si^[a] no estaba al acecho, sino que Dios permitió que cayera en sus manos^(B), entonces yo te señalaré un lugar donde pueda refugiarse^(C). ¹⁴ Sin embargo, si alguien se enfurece contra su prójimo para matarlo con alevosía, lo tomarás aun de Mi altar para que muera^(D).

¹⁷ ”Si un hombre le quita la vida a algún ser humano, ciertamente ha de morir^(A).

³³ Así que no contaminarán la tierra en que están; porque la sangre contamina la tierra^(A), y no se puede hacer expiación por la tierra, por la sangre derramada en ella, excepto mediante la sangre del que la derramó^(B).

⁵² Entonces Jesús le dijo*: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán^(A).