⁷ que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.^(A)

La dicha del perdón

Salmo de David. Masquil.

² Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

²⁸ porque esto es mi sangre^(A) del nuevo pacto,^(B) que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

⁷ en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados^(A) según las riquezas de su gracia,

⁷ pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. ⁸ Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. ⁹ Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.