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Ahora mete la mano en tu seno», añadió el Señor. Y Moisés metió la mano en su seno, y cuando la sacó, estaba leprosa, blanca como la nieve(A). «Vuelve a meter la mano en tu seno», le dijo Él. Y él volvió a meterla en su seno, y cuando la sacó, se había vuelto como el resto de su carne(B). «Y sucederá que si no te creen, ni obedecen el testimonio[a] de la primera señal, quizá crean el testimonio[b] de la segunda[c] señal.

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Footnotes

  1. Éxodo 4:8 Lit. ni escuchan la voz.
  2. Éxodo 4:8 Lit. la voz.
  3. Éxodo 4:8 Lit. última.