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II.— CONDUCTAS INCORRECTAS DE ALGUNOS CORINTIOS (5—6)

Un grave caso de impureza

Por todas partes se comenta que uno de ustedes vive con su madrastra como si fuera su esposa. Un caso así de lujuria, ni siquiera entre los no cristianos suele darse. Y ustedes siguen tan orondos, cuando deberían vestir luto y no admitir en su compañía a quien así está comportándose. Por mi parte, aunque estoy corporalmente ausente, me considero presente en espíritu y como tal he tomado ya una decisión contra el que así se ha comportado. Reunido, pues, en espíritu con ustedes, en el nombre y con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, he decidido dejar a ese individuo a merced de Satanás, a ver si queda destruida su condición pecadora y él, animado por el Espíritu, se salva en el día del Señor.

¡La cosa no es como para que se sientan orgullosos! ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Eliminen todo resto de vieja levadura y sean masa nueva ya que son panes pascuales, pues Cristo, que es nuestra víctima pascual, ya ha sido sacrificado. Así que hagamos fiesta; pero no a base de la vieja levadura —me refiero a la maldad y a la perversidad—, sino con los panes pascuales de la sinceridad y de la verdad.

Les dije por carta que no tuviesen trato con gente lujuriosa. 10 Es claro que no hablaba en plural, de todos los lujuriosos de este mundo, como tampoco de todos los avaros, ladrones o idólatras, pues en tal caso tendrían que vivir en otro mundo. 11 Lo que realmente quería decirles en la carta es que no tengan trato con quien presume de cristiano y es lujurioso, avaro, idólatra, calumniador, borracho o ladrón. Con alguien así, ¡ni sentarse a la mesa! 12 No me corresponde a mí juzgar a quienes no forman parte de la Iglesia. Pero juzgar a quienes forman parte de ella, sí es cosa de ustedes. 13 A los que están fuera ya los juzgará Dios. Así que eliminen el mal de entre ustedes.

Un caso de inmoralidad juzgado

De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.(A) Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?

Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.

No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?(B) Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua,(C) que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura,(D) de sinceridad y de verdad.

Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.