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Él sacrificó su vida para quitar nuestros pecados y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo.

Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si hacemos lo que él nos manda. Alguien puede decir: «Yo conozco a Dios», pero si no obedece sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en su vida.

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Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

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