³ Que el adorno de ustedes no sea el externo^(A): peinados ostentosos^[a], joyas de oro o vestidos lujosos, ⁴ sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón^[b](B), con el adorno^[c] incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. ⁵ Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios^(C), estando sujetas a sus maridos.