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Traslado del arca al templo

(A)Entonces Salomón reunió a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los principales de las casas paternas[a](B) de los hijos de Israel ante él[b] en Jerusalén, para hacer subir el arca del pacto del Señor de la ciudad de David(C), la cual es Sión(D). Y se reunieron ante el rey Salomón todos los hombres de Israel en la fiesta, en el mes de Etanim, que es el mes séptimo(E). Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los sacerdotes alzaron el arca(F). Subieron el arca del Señor, la tienda de reunión(G) y todos los utensilios sagrados que estaban en la tienda; los sacerdotes y los levitas los subieron. Y el rey Salomón y toda la congregación de Israel que estaba reunida ante él, estaban con él delante del arca, sacrificando tantas ovejas y bueyes(H) que no se podían contar ni numerar[c]. Entonces los sacerdotes trajeron el arca(I) del pacto del Señor a su lugar, al santuario interior de la casa(J), al lugar santísimo, bajo las alas de los querubines(K). Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían el arca y sus barras por encima. Pero las barras(L) eran tan largas que los extremos de las barras se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior, mas no se podían ver desde afuera; y allí están hasta hoy. En el arca no había más que las dos tablas de piedra que Moisés puso allí en Horeb, donde el Señor hizo pacto(M) con los hijos de Israel cuando salieron de la tierra de Egipto. 10 (N)Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la casa del Señor 11 y los sacerdotes no pudieron quedarse a ministrar a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba la casa del Señor.

12 (O)Entonces Salomón dijo:

El Señor ha dicho que Él moraría en la densa nube(P).
13 Ciertamente yo te he edificado una casa(Q) majestuosa,
un lugar para tu morada para siempre(R).

14 Después el rey se volvió[d] y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras toda la asamblea de Israel estaba de pie(S), 15 y dijo: Bendito sea el Señor, Dios de Israel(T), que habló por su boca a mi padre David(U) y por su mano lo ha cumplido, cuando dijo: 16 «Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no escogí ninguna ciudad de entre todas las tribus de Israel en la cual edificar una casa para que mi nombre estuviera allí(V), mas escogí a David para que estuviera sobre mi pueblo Israel(W)». 17 Y mi padre David tuvo en su[e] corazón edificar una casa al nombre del Señor(X), Dios de Israel. 18 Pero el Señor dijo a mi padre David: «Por cuanto tuviste en[f] tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien hiciste en desearlo en[g] tu corazón. 19 Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino que tu hijo que te nacerá[h], él edificará la casa a mi nombre(Y)». 20 Ahora el Señor ha cumplido la palabra que había dicho, pues yo me he levantado en lugar de mi padre David y me he sentado en el trono de Israel, como el Señor prometió[i](Z), y he edificado la casa al nombre del Señor, Dios de Israel. 21 Y he puesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto del Señor que Él hizo con nuestros padres cuando los trajo de la tierra de Egipto(AA).

Oración de dedicación del templo

22 Entonces Salomón se puso delante del altar del Señor en presencia de toda la asamblea de Israel y extendió las manos[j] al cielo(AB). 23 Y dijo: Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú(AC) ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y muestras misericordia(AD) a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón, 24 que has cumplido[k] con tu siervo David mi padre lo que le prometiste[l]; ciertamente has hablado con tu boca y lo has cumplido con tu mano como sucede hoy. 25 Ahora pues, oh Señor, Dios de Israel, cumple[m] con tu siervo David mi padre lo que le prometiste[n], diciendo: «No te faltará quien[o] se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí como tú has andado(AE) delante de mí». 26 Ahora pues, oh Dios de Israel, te ruego que se cumpla tu palabra que hablaste a tu siervo(AF), mi padre David.

27 Pero, ¿morará verdaderamente Dios sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado(AG). 28 No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh Señor Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace[p] hoy delante de ti(AH); 29 que tus ojos estén abiertos noche y día hacia esta casa, hacia el lugar del cual has dicho: «Mi nombre estará allí(AI)», para que oigas la oración que tu siervo haga[q] hacia este lugar(AJ). 30 Y escucha la súplica de tu siervo(AK) y de tu pueblo Israel cuando oren(AL) hacia este lugar; escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona(AM).

31 Si alguno peca contra su prójimo(AN) y se le exige juramento[r], y viene y jura delante de tu altar en esta casa, 32 escucha tú desde los cielos y obra y juzga a tus siervos, condenando al impío haciendo recaer su conducta sobre su cabeza, y justificando al justo dándole conforme a su justicia(AO).

33 Cuando tu pueblo Israel sea derrotado[s] delante de un enemigo por haber pecado contra ti(AP), si se vuelven a ti y confiesan tu nombre, y oran y te hacen súplica(AQ) en esta casa, 34 escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlos volver a la tierra que diste a sus padres.

35 Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia por haber ellos pecado contra ti, y oren hacia este lugar y confiesen tu nombre, y se vuelvan de su pecado cuando tú los aflijas(AR), 36 escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel; sí, enséñales el buen camino por el que deben andar(AS). Y envía lluvia sobre tu tierra(AT), la que diste a tu pueblo por heredad.

37 Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón o añublo, langosta o saltamontes, si su enemigo los sitia en la tierra de sus ciudades[t], cualquier plaga, cualquier enfermedad que haya(AU), 38 toda oración o toda súplica que sea hecha por cualquier hombre o por todo tu pueblo Israel, conociendo[u] cada cual la aflicción[v] de su corazón, y extendiendo sus manos[w] hacia esta casa, 39 escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y perdona, actúa y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón(AV) (porque solo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres(AW)), 40 para que te teman[x] todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que diste a nuestros padres.

41 También en cuanto al extranjero que no es de tu pueblo Israel, cuando venga de una tierra lejana a causa de tu nombre 42 (porque oirán de tu gran nombre, de tu mano poderosa(AX) y de tu brazo extendido), y venga a orar a esta casa, 43 escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre(AY) para que te teman[y], como te teme tu pueblo Israel, y para que sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado.

44 Cuando tu pueblo salga a la batalla contra su enemigo, por cualquier camino que tú los envíes, y oren al Señor(AZ) vueltos hacia[z] la ciudad que tú has escogido y hacia la casa que he edificado a tu nombre, 45 escucha desde los cielos su oración y su súplica, y hazles justicia.

46 Cuando pequen contra ti (pues no hay hombre que no peque(BA)) y estés airado contra ellos, y los entregues delante del enemigo, y estos[aa] los lleven cautivos a la tierra del enemigo(BB), lejos o cerca, 47 si recapacitan[ab] en la tierra adonde hayan sido llevados cautivos, y se arrepienten y te hacen súplica en la tierra de los que los llevaron cautivos(BC), diciendo: «Hemos pecado y hemos cometido iniquidad, hemos obrado perversamente(BD)», 48 si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de sus enemigos que los llevaron cautivos(BE), y oran a ti vueltos hacia[ac] la tierra que diste a sus padres, hacia la ciudad que has escogido, y hacia la casa que he edificado a tu nombre(BF), 49 entonces escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su súplica y hazles justicia, 50 y perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, todas las[ad] transgresiones que hayan cometido contra ti, y hazlos objeto de compasión ante los que los llevaron cautivos, para que tengan compasión de ellos(BG) 51 (porque ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste de Egipto(BH), de en medio del horno de hierro(BI)). 52 Que tus ojos estén abiertos a la súplica de tu siervo(BJ) y a la súplica de tu pueblo Israel, para escucharlos siempre que te invoquen. 53 Pues tú los has separado de entre todos los pueblos de la tierra como tu heredad, como lo dijiste por medio[ae] de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Dios[af](BK).

54 Y sucedió que cuando Salomón terminó de decir[ag] toda esta oración y súplica al Señor(BL), se levantó de delante del altar del Señor, de estar de[ah] rodillas con sus manos[ai] extendidas hacia el cielo(BM). 55 Y se puso de pie y bendijo a toda la asamblea de Israel(BN) en alta voz, diciendo: 56 Bendito sea el Señor, que ha dado reposo(BO) a su pueblo Israel, conforme a todo lo que prometió[aj]; ninguna palabra ha fallado[ak] de toda su buena promesa[al] que hizo[am](BP) por medio[an] de su siervo Moisés. 57 Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; que no nos deje ni nos abandone(BQ), 58 para que incline nuestro corazón hacia Él(BR), para que andemos en todos sus caminos y para que guardemos sus mandamientos, sus estatutos y sus preceptos que ordenó a nuestros padres. 59 Y que estas palabras mías, con las que he suplicado delante del Señor, estén cerca del Señor nuestro Dios día y noche, para que Él haga justicia a su siervo y justicia a su pueblo Israel, según las necesidades de cada día[ao], 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el Señor es Dios(BS); no hay otro(BT). 61 Estén, pues, vuestros corazones enteramente dedicados al[ap] Señor nuestro Dios(BU), para que andemos en sus estatutos y guardemos sus mandamientos, como en este día.

62 Y el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante del Señor(BV). 63 Y Salomón ofreció como sacrificio de las ofrendas de paz, que él ofreció al Señor, veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron la casa del Señor el rey y todos los hijos de Israel(BW). 64 Aquel día el rey consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa del Señor, pues allí ofreció[aq] el holocausto, la ofrenda de cereal y la grosura de las ofrendas de paz; porque el altar de bronce(BX) que estaba delante del Señor era demasiado pequeño para contener el holocausto, la ofrenda de cereal y la grosura de las ofrendas de paz. 65 Así Salomón celebró la fiesta en aquella ocasión, y todo Israel con él(BY), una gran asamblea desde la entrada de Hamat(BZ) hasta el torrente de Egipto(CA), delante del Señor nuestro Dios, por siete días y siete días más, o sea catorce días. 66 Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey, y se fueron a sus tiendas gozosos y alegres de corazón por todo el bien que el Señor había mostrado[ar] a su siervo David y a su pueblo Israel.

Footnotes

  1. 1 Reyes 8:1 Lit., principales de los padres
  2. 1 Reyes 8:1 Lit., ante el rey Salomón
  3. 1 Reyes 8:5 Lit., ni numerar por muchos
  4. 1 Reyes 8:14 Lit., volvió su rostro
  5. 1 Reyes 8:17 Lit., con el
  6. 1 Reyes 8:18 Lit., estuvo con
  7. 1 Reyes 8:18 Lit., que estuvo con
  8. 1 Reyes 8:19 Lit., saldrá de tus lomos
  9. 1 Reyes 8:20 Lit., habló
  10. 1 Reyes 8:22 Lit., palmas
  11. 1 Reyes 8:24 Lit., guardado
  12. 1 Reyes 8:24 Lit., hablaste
  13. 1 Reyes 8:25 Lit., guarda
  14. 1 Reyes 8:25 Lit., hablaste
  15. 1 Reyes 8:25 Lit., No te será cortado hombre de delante de mí que
  16. 1 Reyes 8:28 Lit., ora
  17. 1 Reyes 8:29 Lit., ore
  18. 1 Reyes 8:31 Lit., se le impone juramento para hacerle jurar
  19. 1 Reyes 8:33 Lit., herido
  20. 1 Reyes 8:37 Lit., puertas
  21. 1 Reyes 8:38 Lit., que reconozca
  22. 1 Reyes 8:38 Lit., plaga
  23. 1 Reyes 8:38 Lit., palmas
  24. 1 Reyes 8:40 O, reverencien
  25. 1 Reyes 8:43 O, reverencien
  26. 1 Reyes 8:44 Lit., en dirección a
  27. 1 Reyes 8:46 Lit., sus captores
  28. 1 Reyes 8:47 Lit., vuelven a su corazón
  29. 1 Reyes 8:48 Lit., en dirección a
  30. 1 Reyes 8:50 Lit., sus
  31. 1 Reyes 8:53 Lit., mano
  32. 1 Reyes 8:53 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  33. 1 Reyes 8:54 Lit., orar
  34. 1 Reyes 8:54 Lit., postrado sobre sus
  35. 1 Reyes 8:54 Lit., palmas
  36. 1 Reyes 8:56 Lit., habló
  37. 1 Reyes 8:56 Lit., caído
  38. 1 Reyes 8:56 Lit., palabra
  39. 1 Reyes 8:56 Lit., habló
  40. 1 Reyes 8:56 Lit., mano
  41. 1 Reyes 8:59 Lit., el asunto de un día en su día
  42. 1 Reyes 8:61 Lit., completos con el
  43. 1 Reyes 8:64 Lit., había hecho
  44. 1 Reyes 8:66 Lit., hecho

Salomón traslada el arca al templo

(2 Cr. 5.2-14)

Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David,(A) la cual es Sion. Y se reunieron con el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne. Y vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas. Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar. Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima. Y sacaron las varas, de manera que sus extremos se dejaban ver desde el lugar santo, que está delante del lugar santísimo, pero no se dejaban ver desde más afuera; y así quedaron hasta hoy. En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb,(B) donde Jehová hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto. 10 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. 11 Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.(C)

Dedicación del templo

(2 Cr. 6.1—7.10)

12 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. 13 Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siempre. 14 Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie. 15 Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que habló a David mi padre lo que con su mano ha cumplido, diciendo: 16 Desde el día que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que presidiese en mi pueblo Israel.(D) 17 Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 18 Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo.(E) 19 Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre.(F) 20 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 21 Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.

22 Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, 23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. 25 Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí.(G) 26 Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre.

27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?(H) 28 Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; 29 que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí;(I) y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. 30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.

31 Si alguno pecare contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa; 32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia.

33 Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa, 34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

35 Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, 36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

37 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; 38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, 39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque solo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres); 40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

41 Asimismo el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, que viniere de lejanas tierras a causa de tu nombre 42 (pues oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta casa, 43 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere clamado a ti, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.

44 Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú les mandes, y oraren a Jehová con el rostro hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué a tu nombre, 45 tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia.

46 Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca, 47 y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad; 48 y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con el rostro hacia su tierra que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, 49 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia. 50 Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos; 51 porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. 52 Estén, pues, atentos tus ojos a la oración de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos en todo aquello por lo cual te invocaren; 53 porque tú los apartaste para ti como heredad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová.

54 Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; 55 y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta: 56 Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado.(J) 57 Esté con nosotros Jehová nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deje. 58 Incline nuestro corazón hacia él, para que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus decretos, los cuales mandó a nuestros padres. 59 Y estas mis palabras con que he orado delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo; 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro. 61 Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy.

62 Entonces el rey, y todo Israel con él, sacrificaron víctimas delante de Jehová. 63 Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová. 64 Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de Jehová; porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño, y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz.

65 En aquel tiempo Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel, una gran congregación, desde donde entran en Hamat hasta el río de Egipto, delante de Jehová nuestro Dios, por siete días y aun por otros siete días, esto es, por catorce días. 66 Y al octavo día despidió al pueblo; y ellos, bendiciendo al rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón, por todos los beneficios que Jehová había hecho a David su siervo y a su pueblo Israel.

Traslado del arca al templo(A)

Entonces el rey Salomón mandó que los jefes de Israel, todos los jefes de las tribus y los patriarcas de las familias israelitas se congregaran ante él en Jerusalén para trasladar el arca del pacto del Señor desde Sión, la Ciudad de David. Así que, en el mes de etanim, durante la fiesta del mes séptimo, todos los israelitas se congregaron ante el rey Salomón.

Cuando llegaron todos los jefes de Israel, los sacerdotes alzaron el arca. Entonces los sacerdotes y los levitas trasladaron el arca del Señor junto con la Tienda de reunión y con todos los utensilios sagrados que había en ella. El rey Salomón y toda la asamblea de Israel reunida con él delante del arca sacrificaron ovejas y bueyes en tal cantidad que fue imposible llevar la cuenta.

Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del Señor a su lugar en el santuario interior del templo, que es el Lugar Santísimo, y la pusieron bajo las alas de los querubines. Con sus alas extendidas sobre ese lugar, los querubines cubrían el arca y sus varas. Las varas eran tan largas que sus extremos se podían ver desde el Lugar Santo, delante del Lugar Santísimo, aunque no desde afuera; y ahí han permanecido hasta hoy. En el arca solo estaban las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en Horeb, donde el Señor hizo un pacto con los israelitas cuando salieron de Egipto.

10 Cuando los sacerdotes se retiraron del Lugar Santo, la nube llenó el Templo del Señor. 11 Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron celebrar el culto, pues la gloria del Señor había llenado el Templo.

12 Entonces Salomón declaró: «Señor, tú has dicho que habitarías en la densa oscuridad de una nube, 13 pero yo te he construido un excelso templo, un lugar donde habites para siempre».

14 Luego se puso de frente para bendecir a toda la asamblea de Israel que estaba allí de pie 15 y dijo:

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que con su mano ha cumplido ahora lo que con su boca había prometido a mi padre David cuando le dijo: 16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no elegí ninguna ciudad de las tribus de Israel para que en ella se me construyera un templo en honor de mi Nombre, sino que elegí a David para que gobernara a mi pueblo Israel”.

17 »Pues bien, mi padre David tuvo mucho interés en construir un templo en honor al nombre del Señor, Dios de Israel, 18 pero el Señor le dijo: “Me agrada que te hayas interesado en construir un templo en honor de mi Nombre. 19 Sin embargo, no serás tú quien me lo construya, sino un hijo de tus entrañas; él será quien construya el templo en honor de mi Nombre”.

20 »Ahora el Señor ha cumplido su promesa: Tal como lo prometió, he sucedido a mi padre David en el trono de Israel y he construido el Templo en honor al nombre del Señor, Dios de Israel. 21 Allí he fijado un lugar para el arca, en la cual está el pacto que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto».

Oración de Salomón(B)

22 A continuación, Salomón se puso frente al altar del Señor y, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos hacia el cielo 23 y dijo:

«Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón. 24 Has llevado a cabo lo que dijiste a tu siervo David, mi padre, y este día has cumplido con tu mano lo que con tu boca prometiste.

25 »Ahora, Señor, Dios de Israel, cumple también la promesa que hiciste a tu siervo, mi padre David, cuando dijiste: “Si tus hijos observan una buena conducta y me siguen como tú lo has hecho, nunca te faltará un descendiente que ocupe el trono de Israel en mi presencia”. 26 Dios de Israel, ¡confirma ahora la promesa que hiciste a mi padre David, tu siervo!

27 »Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido! 28 Sin embargo, Señor mi Dios, atiende a la oración y a la súplica de este siervo tuyo. Oye el clamor y la oración que hoy elevo en tu presencia. 29 ¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este templo, el lugar donde decidiste poner tu Nombre, para que oigas la oración que tu siervo eleva hacia ese lugar! 30 Oye la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; escucha y perdona.

31 »Si alguien peca contra su prójimo y se le exige venir a este templo para jurar frente a tu altar, 32 óyelo tú desde el cielo y juzga a tus siervos. Condena al culpable y haz que reciba su merecido; absuelve al inocente y vindícalo por su rectitud.

33 »Cuando tu pueblo Israel sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si luego se vuelve a ti para alabar tu nombre, y ora y te suplica en este templo, 34 óyelo tú desde el cielo, perdona su pecado y hazlo regresar a la tierra que diste a sus antepasados.

35 »Cuando tu pueblo peque contra ti y tú lo aflijas cerrando el cielo para que no llueva, si luego ellos oran hacia este lugar y alaban tu nombre y se arrepienten de su pecado, 36 óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.

37 »Cuando en el país haya hambre, plaga, peste, langostas o saltamontes en los sembrados; cuando el enemigo sitie alguna de nuestras ciudades; en fin, cuando venga cualquier calamidad o enfermedad, 38 si luego algún israelita, consciente de su dolor,[a] extiende sus manos hacia este templo, ora y te suplica, 39 óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y perdónalo. Trata a cada uno según su conducta, la cual tú conoces, puesto que solo tú escudriñas el corazón humano. 40 Así todos tendrán temor de ti mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.

41 »Trata de igual manera al extranjero que no pertenece a tu pueblo Israel, pero que atraído por tu fama ha venido de lejanas tierras. 42 (En efecto, los pueblos oirán hablar de tu gran nombre y de tus despliegues de fuerza y poder). Cuando ese extranjero venga y ore orientado hacia este templo, 43 óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y concédele cualquier petición que te haga. Así todos los pueblos de la tierra conocerán tu nombre y, al igual que tu pueblo Israel, tendrán temor de ti y comprenderán que este templo que he construido lleva tu Nombre.

44 »Señor, cuando saques a tu pueblo para combatir a sus enemigos, sea donde sea, si el pueblo ora a ti y dirige la mirada hacia la ciudad que has escogido, hacia el Templo que he construido en honor de tu Nombre, 45 oye tú desde el cielo su oración, su súplica y defiende su causa.

46 »Ya que no hay ser humano que no peque, si tu pueblo peca contra ti, y tú te enojas con ellos y los entregas al enemigo para que se los lleven cautivos a otro país, lejano o cercano; 47 y si en el destierro, en el país de los conquistadores, se arrepienten, se vuelven a ti y oran diciendo: “Somos culpables, hemos pecado, hemos hecho lo malo”; 48 y si en la tierra de sus enemigos que los tomaron cautivos se vuelven a ti de todo corazón y con toda el alma, y oran a ti y dirigen la mirada hacia la tierra que diste a sus antepasados, hacia la ciudad que has escogido y hacia el templo que he construido en honor de tu Nombre, 49 oye tú su oración y su súplica desde el cielo donde habitas y defiende su causa. 50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti; perdona todas las ofensas que te haya infligido. Haz que sus conquistadores le muestren clemencia, 51 pues Israel es tu pueblo y tu heredad; ¡tú lo sacaste de aquel horno donde se funde el hierro que es Egipto!

52 »¡Dígnate mantener atentos tus oídos[b] a la súplica de este siervo tuyo y de tu pueblo Israel! ¡Escúchalos cada vez que te invoquen! 53 Tú los apartaste de todas las naciones del mundo para que fueran tu heredad. Así lo manifestaste por medio de tu siervo Moisés cuando tú, Señor y Dios, sacaste de Egipto a nuestros antepasados».

54 Salomón había estado ante el altar del Señor, de rodillas y con las manos extendidas hacia el cielo. Cuando terminó de orar y de hacer esta súplica al Señor, se levantó 55 y, puesto de pie, bendijo en voz alta a toda la asamblea de Israel, diciendo:

56 «¡Bendito sea el Señor, que conforme a sus promesas ha dado descanso a su pueblo Israel! No ha dejado de cumplir ni una sola de las buenas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés. 57 Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone. 58 Que incline nuestro corazón hacia él, para que sigamos todos sus caminos y cumplamos los mandamientos, estatutos y leyes que les dio a nuestros antepasados. 59 Y que día y noche el Señor tenga presente todo lo que le he suplicado, para que defienda la causa de este siervo suyo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día. 60 Así todos los pueblos de la tierra sabrán que el Señor es Dios y que no hay otro. 61 Y ahora, dedíquense de todo corazón al Señor nuestro Dios; vivan según sus estatutos y cumplan sus mandamientos, como ya lo hacen».

Dedicación del templo(C)

62 Entonces el rey, con todo Israel, ofreció sacrificios en presencia del Señor. 63 Como sacrificio de comunión, Salomón ofreció al Señor veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así fue como el rey y todos los israelitas dedicaron el Templo del Señor.

64 Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio, que está frente al Templo del Señor, y allí presentó los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de los sacrificios de comunión, ya que el altar de bronce que estaba ante el Señor era pequeño y no había espacio para todos estos sacrificios y ofrendas.

65 Y así, en presencia del Señor nuestro Dios, Salomón y todo Israel celebraron la fiesta durante siete días, extendiéndola luego siete días más: catorce días de fiesta en total. A la fiesta llegó gente de todas partes, desde Lebó Jamat[c] hasta el río de Egipto, y se formó una gran asamblea. 66 Al final, Salomón despidió al pueblo, y ellos bendijeron al rey y regresaron a sus casas, contentos y llenos de alegría por todo el bien que el Señor había hecho en favor de su siervo David y de su pueblo Israel.

Footnotes

  1. 8:38 de su dolor. Lit. de la plaga en su corazón. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  2. 8:52 atentos tus oídos (véase 2Cr 6:40); abiertos tus ojos (TM).
  3. 8:65 Lebó Jamat. Alt. la entrada de Jamat.