Oración de Ana

Ana elevó esta oración:

«Mi corazón se alegra en el Señor;
    en él radica mi poder.[a]
Puedo celebrar su salvación
    y burlarme de mis enemigos.

»Nadie es santo como el Señor;
    no hay roca como nuestro Dios.
    ¡No hay nadie como él!

»Dejen de hablar con tanto orgullo y altivez;
    ¡no profieran palabras soberbias!
El Señor es un Dios que todo lo sabe,
    y él es quien juzga las acciones.

»El arco de los poderosos se quiebra,
    pero los débiles se arman de valor.
Los que antes tenían comida de sobra se venden por un pedazo de pan;
    los que antes sufrían hambre ahora viven saciados.
La estéril ha dado a luz siete veces,
    pero la que tenía muchos hijos languidece.

»Del Señor vienen la muerte y la vida;
    a unos hace bajar al sepulcro[b] y a otros los levanta.
El Señor nos da la riqueza y la pobreza;
    nos humilla, pero también nos enaltece.
Levanta del polvo al desvalido
    y saca del basurero al pobre
para sentarlos en medio de príncipes
    y darles un trono esplendoroso.

»Del Señor son los fundamentos de la tierra;
    sobre ellos afianzó el mundo.
Él guardará los pasos de sus fieles,
    pero los malvados se perderán entre las sombras.

»¡Nadie triunfa por sus propias fuerzas!
10     El Señor destrozará a sus enemigos;
desde el cielo lanzará truenos contra ellos.
    El Señor juzgará los confines de la tierra,
fortalecerá a su rey
    y enaltecerá el poder de su ungido».

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Footnotes

  1. 2:1 poder. Lit. cuerno; también en v. 10.
  2. 2:6 al sepulcro. Lit. al Seol.

Cántico de Ana

Y Ana oró y dijo:

Mi corazón se regocija en Jehová,

Mi poder se exalta en Jehová;

Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,

Por cuanto me alegré en tu salvación.

No hay santo como Jehová;

Porque no hay ninguno fuera de ti,

Y no hay refugio como el Dios nuestro.

No multipliquéis palabras de grandeza y altanería;

Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca;

Porque el Dios de todo saber es Jehová,

Y a él toca el pesar las acciones.

Los arcos de los fuertes fueron quebrados,

Y los débiles se ciñeron de poder.

Los saciados se alquilaron por pan,

Y los hambrientos dejaron de tener hambre;

Hasta la estéril ha dado a luz siete,

Y la que tenía muchos hijos languidece.

Jehová mata, y él da vida;

Él hace descender al Seol, y hace subir.

Jehová empobrece, y él enriquece;

Abate, y enaltece.

Él levanta del polvo al pobre,

Y del muladar exalta al menesteroso,

Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.

Porque de Jehová son las columnas de la tierra,

Y él afirmó sobre ellas el mundo.

Él guarda los pies de sus santos,

Mas los impíos perecen en tinieblas;

Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.

10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,

Y sobre ellos tronará desde los cielos;

Jehová juzgará los confines de la tierra,

Dará poder a su Rey,

Y exaltará el poderío de su Ungido.(A)

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