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31 ¡Que los cielos estén alegres, que se regocije la tierra!

Que todas las naciones digan: “¡El Señor es quien reina!”.

32 »Bramen los vastos mares, regocíjese la campiña y lo que en ella hay.

33 Los árboles y los bosques canten de gozo delante del Señor, porque él viene a juzgar al mundo.

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