Add parallel Print Page Options

«Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el Señor debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso se lo dejaré todo listo». Así que, antes de morir, David lo dejó todo listo.

Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el Señor, Dios de Israel. David le dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar al Señor mi Dios.

Read full chapter