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»Salomón, hijo mío, a ti te pido que reconozcas la autoridad del Dios de tu papá. Te pido que siempre le sirvas con un corazón puro y un espíritu entusiasta, porque el SEÑOR siempre mira el corazón y conoce todos los pensamientos de los hombres. Si lo buscas, él dejará que lo encuentres. Pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre. 10 Salomón, hijo, fíjate que el SEÑOR te ha escogido para que construyas una casa para su santuario, ¡ten valor, y manos a la obra!»

11 En seguida, David le entregó a Salomón los planos de la construcción. Esos planos mostraban el corredor del frente, el edificio principal, los depósitos, los salones de arriba, los salones internos y el salón para la cubierta del cofre.

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