Add parallel Print Page Options

Penina empeoraba la situación burlándose de Ana a causa de su esterilidad. Todos los años era igual: Penina se burlaba y se reía de ella cuando iban a Siló, y la hacía llorar tanto que Ana no podía comer.

«¿Qué pasa, Ana? —le preguntaba Elcaná—, ¿por qué no comes? ¿Por qué te afliges tanto por no tener hijos? ¿No es mejor tenerme a mí que tener diez hijos?».

Read full chapter