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Muerte de Josías(A)

20 Después de todo esto, y luego de que Josías había reparado el templo del Señor, el rey Necao de Egipto le presentó batalla en Carquemis, a orillas del río Éufrates. Josías salió a su encuentro, 21 pero Necao envió mensajeros a decirle:

«¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Judá? Yo no he venido hoy a atacarte, sino que vengo contra la casa que me ha declarado la guerra. Dios me ha dicho que me apresure, así que deja de oponerte a Dios, pues él está de mi parte; no vaya a suceder que él te destruya.»

22 Pero Josías no se retiró ni atendió a las palabras de Necao, que eran de parte de Dios, sino que se disfrazó para presentarle batalla, y se enfrentó a él en el campo de Meguido. 23 Y como los arqueros disparaban sus flechas contra el rey Josías, éste les dijo a sus siervos:

«Sáquenme de aquí, que estoy gravemente herido.»

24 Sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en otro carro para llevarlo a Jerusalén, donde murió. Josías fue sepultado en los sepulcros de sus padres, y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por él. 25 En memoria de Josías, el profeta Jeremías compuso un lamento fúnebre, el cual se halla escrito en el libro de los lamentos, y hasta el día de hoy todos los cantores y cantoras recitan este lamento por Josías, que fue adoptado en Israel como el lamento oficial.

26 Los demás hechos de Josías, lo mismo que sus obras piadosas conforme a lo que está escrito en la ley del Señor, 27 y sus hechos, primeros y últimos, se hallan escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

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