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16 pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios(A), despreciaban sus palabras y se mofaban(B) de sus profetas, hasta que subió el furor del Señor contra su pueblo(C), y ya no hubo remedio. 17 (D)Entonces Él hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, y no tuvo compasión del joven ni de la virgen, del viejo ni del débil; a todos ellos los entregó en su mano. 18 Y todos los objetos de la casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la casa del Señor y los tesoros del rey y de sus oficiales, todo lo llevó a Babilonia(E). 19 Y quemaron la casa de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios[a] y destruyeron todos sus objetos valiosos(F).

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 36:19 O, fortalezas

16 Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.

Cautividad de Judá

(2 R. 25.8-21; Jer. 39.8-10; 52.12-30)

17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos,(A) que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos. 18 Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia. 19 Y quemaron la casa de Dios,(B) y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables.

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20 Por tanto, así dice el Señor Dios[a]: He aquí, mi ira y mi furor serán derramados sobre este lugar(A), sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre el fruto de la tierra; arderá(B) y no se apagará.

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Footnotes

  1. Jeremías 7:20 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor

20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.

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«Mientras ellos vienen a pelear contra los caldeos(A) y a llenarlas con los cadáveres de los hombres que herí en mi ira y en mi furor, pues yo había escondido mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad(B),

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(porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad):

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Caída de Jerusalén

39 [a](A)Y aconteció que Jerusalén fue tomada [b]en el año noveno de Sedequías, rey de Judá, en el décimo mes, cuando vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. En el año undécimo de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, se abrió brecha en el muro de la ciudad(B). Y entraron todos los oficiales del rey de Babilonia(C) y se sentaron en la puerta Central: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarse-quim el Rabsaris[c], Nergal-sarezer el Rabmag[d] y todos los demás oficiales del rey de Babilonia(D). Y sucedió que cuando los vieron Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino del jardín del rey, por la puerta entre los dos muros(E); y se fueron[e] por el camino del Arabá[f](F). Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos[g] de Jericó(G); lo apresaron y lo llevaron a Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia(H), dictó sentencia contra él(I). Entonces el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos(J) en Ribla; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá(K). Después sacó los ojos a Sedequías y lo ató(L) con grillos de bronce para llevarlo a Babilonia(M). Y los caldeos prendieron fuego al palacio[h] del rey y a las casas del pueblo(N) y derribaron los muros de Jerusalén(O). Y en cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores que se habían pasado[i] a él, y los demás del pueblo(P) que quedaban(Q), Nabuzaradán, capitán de la guardia(R), los llevó cautivos a Babilonia(S).

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Footnotes

  1. Jeremías 39:1 En el texto heb., cap. 38:28b
  2. Jeremías 39:1 En el texto heb., cap. 39:1
  3. Jeremías 39:3 I.e., oficial principal
  4. Jeremías 39:3 I.e., título de un alto oficial
  5. Jeremías 39:4 Lit., y salió; veáse cap. 52:7
  6. Jeremías 39:4 I.e., valle del Jordán
  7. Jeremías 39:5 Lit., el Arabá
  8. Jeremías 39:8 Lit., casa
  9. Jeremías 39:9 Lit., caídos que habían caído

Caída de Jerusalén

(2 R. 24.20—25.21; 2 Cr. 36.17-21; Jer. 52.3-30)

39 En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia.

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