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Cuando concluyeron todas las obras que había encargado hacer para el Templo del Señor, Salomón llevó las ofrendas de oro y plata y otros utensilios consagrados por su padre David, y los depositó en el tesoro del Templo de Dios.

Traslado del Arca (1 Re 8,1-13)

Salomón convocó en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los cabezas de familia israelitas para trasladar el Arca de la alianza del Señor desde la ciudad de David o Sión, y todos los israelitas se reunieron con el rey en la fiesta del mes séptimo. Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los levitas cargaron el Arca y la trasladaron junto con la Tienda del encuentro y todos los objetos sagrados que había en ella y que fueron llevados por los sacerdotes levitas. El rey Salomón y toda la asamblea de Israel reunida junto a él ante el Arca sacrificaron ovejas y toros en cantidades incalculables. Los sacerdotes llevaron el Arca de la alianza del Señor a su lugar, al camarín del Templo o lugar santísimo, bajo las alas de los querubines. Los querubines tenían sus alas extendidas sobre el lugar que ocupaba el Arca y cubrían por encima el Arca y sus varales. Los varales eran tan largos que sus extremos se podían ver desde el lugar santo que estaba delante del camarín, aunque no se veían desde el exterior. Y allí siguen hasta el presente. 10 El Arca sólo contenía las dos losas que Moisés entregó en el Horeb, cuando el Señor hizo alianza con los israelitas tras la salida del país de Egipto. 11 Cuando los sacerdotes salieron del lugar santo (pues todos los sacerdotes presentes, sin distinción de turnos, se habían purificado), 12 todos los levitas cantores, descendientes y parientes de Asaf, Hemán y Jedutún, vestidos de lino, estaban de pie a la derecha del altar, tocando platillos, salterios y cítaras, acompañados de ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas. 13 Y cuando los que tocaban las trompetas y los cantores entonaron al unísono la alabanza y la acción de gracias al Señor, haciendo sonar las trompetas, los platillos y demás instrumentos musicales y alabando al Señor [con estas palabras]: “porque es bueno y su amor no tiene fin”, el Templo se llenó con la nube de la gloria del Señor, 14 de forma que los sacerdotes no pudieron continuar su servicio a causa de la nube, pues la gloria del Señor había llenado el Templo de Dios.

Acabada toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, metió Salomón las cosas que David su padre había dedicado;(A) y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios, en los tesoros de la casa de Dios.

Salomón traslada el arca al templo

(1 R. 8.1-11)

Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los príncipes de las tribus, los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David,(B) que es Sion. Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo. Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel, y los levitas tomaron el arca; y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los llevaron. Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni numerar. Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines; pues los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían por encima así el arca como sus barras. E hicieron salir las barras, de modo que se viesen las cabezas de las barras del arca delante del lugar santísimo, mas no se veían desde fuera; y allí están hasta hoy. 10 En el arca no había más que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb,(C) con las cuales Jehová había hecho pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto. 11 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaron habían sido santificados, y no guardaban sus turnos; 12 y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas), 13 cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre;(D) entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. 14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.(E)