Add parallel Print Page Options

Reinado de Joás de Judá

12 (A)En el séptimo año de Jehú, Joás comenzó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Sibia de Beerseba. Y Joás hizo lo recto ante los ojos del Señor todos los[a] días en que el sacerdote Joiada lo dirigió[b]. Solo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos(B).

Entonces Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las cosas sagradas que se trae a la casa del Señor(C) en moneda corriente, tanto el dinero estipulado a cada persona, como todo el dinero que cada uno voluntariamente traiga[c] a la casa del Señor(D), que los sacerdotes lo tomen para sí, cada cual de sus conocidos; y ellos repararán los daños[d] de la casa dondequiera que se encuentre algún daño.

Pero[e] en el año veintitrés del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado los daños de la casa(E). Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Joiada y a los otros sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis los daños de la casa? Ahora pues, no toméis más dinero de vuestros conocidos, sino entregadlo para los daños de la casa. Y consintieron los sacerdotes en no tomar más dinero del pueblo, ni reparar ellos los daños de la casa.

Entonces el sacerdote Joiada tomó un cofre e hizo un agujero en la tapa, y lo puso junto al altar, al lado derecho conforme uno entra a la casa del Señor; y los sacerdotes que custodiaban el umbral, depositaban en él todo el dinero que se traía a la casa del Señor(F). 10 Y cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote subían y lo ataban en sacos, y contaban el dinero que se encontraba en la casa del Señor(G). 11 Y entregaban el dinero que había sido contado[f] en manos de los que hacían el trabajo, los cuales tenían a su cargo la casa del Señor, y ellos lo traían para pagar a los carpinteros y a los constructores que trabajaban en la casa del Señor, 12 y a los albañiles y canteros, y para comprar madera y piedra de cantería para reparar los daños de la casa del Señor, y para todo lo que se gastaba[g] para la casa, a fin de repararla(H). 13 Pero del dinero que se traía a la casa del Señor(I), no se hicieron ni copas de plata, ni despabiladeras, ni tazones, ni trompetas, ni ninguna vasija de oro, ni vasijas de plata para la casa del Señor(J); 14 porque lo daban a los que hacían el trabajo, y con él reparaban la casa del Señor. 15 Y no se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el dinero para dárselo a los que hacían el trabajo, porque procedían fielmente(K). 16 No se traía a la casa del Señor el dinero de las ofrendas por la culpa(L) ni el dinero de las ofrendas por el pecado(M); era para los sacerdotes(N).

17 Entonces Hazael, rey de Aram, subió y peleó contra Gat y la tomó(O); y Hazael se propuso[h] subir contra Jerusalén(P). 18 Y Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, habían consagrado, y sus propias cosas sagradas y todo el oro que se encontraba en las tesorerías de la casa del Señor(Q) y de la casa del rey, y las envió a Hazael, rey de Aram(R). Entonces él se retiró de Jerusalén.

19 Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? 20 (S)Y sus siervos se levantaron y tramaron una conspiración, y mataron[i] a Joás(T) en la casa de Milo(U), cuando descendía a Sila. 21 Pues sus siervos Josacar, hijo de Simeat, y Jozabad, hijo de Somer(V), lo hirieron y murió; y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y Amasías su hijo reinó en su lugar(W).

Footnotes

  1. 2 Reyes 12:2 Lit., sus
  2. 2 Reyes 12:2 O, instruyó
  3. 2 Reyes 12:4 Lit., que se ponga en el corazón de cada uno para traer
  4. 2 Reyes 12:5 Lit., las roturas, y así hasta el vers. 12
  5. 2 Reyes 12:6 Lit., Y sucedió que
  6. 2 Reyes 12:11 O, pesado
  7. 2 Reyes 12:12 Lit., salía
  8. 2 Reyes 12:17 Lit., afirmó su rostro para
  9. 2 Reyes 12:20 Lit., hirieron

Reinado de Joás de Judá

(2 Cr. 24.1-27)

12 En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás, y reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote Joiada. Con todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.

Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado,(A) y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová, recíbanlo los sacerdotes, cada uno de mano de sus familiares, y reparen los portillos del templo dondequiera que se hallen grietas. Pero en el año veintitrés del rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del templo. Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del templo. Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener el cargo de reparar las grietas del templo.

Mas el sumo sacerdote Joiada tomó un arca e hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha así que se entra en el templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová. 10 Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban. 11 Y daban el dinero suficiente a los que hacían la obra, y a los que tenían a su cargo la casa de Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová, 12 y a los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las grietas de la casa de Jehová, y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla. 13 Mas de aquel dinero que se traía a la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni despabiladeras, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro utensilio de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová; 14 porque lo daban a los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová. 15 Y no se tomaba cuenta a los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen a los que hacían la obra; porque lo hacían ellos fielmente. 16 El dinero por el pecado, y el dinero por la culpa, no se llevaba a la casa de Jehová; porque era de los sacerdotes.(B)

17 Entonces subió Hazael rey de Siria, y peleó contra Gat, y la tomó. Y se propuso Hazael subir contra Jerusalén; 18 por lo cual tomó Joás rey de Judá todas las ofrendas que habían dedicado Josafat y Joram y Ocozías sus padres, reyes de Judá, y las que él había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová y en la casa del rey, y lo envió a Hazael rey de Siria; y él se retiró de Jerusalén.

19 Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 20 Y se levantaron sus siervos, y conspiraron en conjuración, y mataron a Joás en la casa de Milo, cuando descendía él a Sila; 21 pues Josacar hijo de Simeat y Jozabad hijo de Somer, sus siervos, le hirieron, y murió. Y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y reinó en su lugar Amasías su hijo.

Joás, rey de Judá(A)

12 En el año séptimo del reinado de Jehú, Joás comenzó a reinar; reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre era Sibia, oriunda de Berseba. Joás hizo lo correcto ante los ojos del Señor durante todo el tiempo que el sacerdote Joyadá lo instruyó. Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, sino que el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.

Un día Joás ordenó a los sacerdotes: «Recojan todo el dinero que cada persona traiga al Templo del Señor como ofrenda sagrada, incluso el impuesto del censo, el dinero de promesas personales y todas las ofrendas voluntarias. Cada sacerdote debe tomar el dinero de manos de su propio tesorero y usarlo para restaurar el Templo y reparar todo lo que esté dañado».

En el año veintitrés del reinado de Joás sucedió que, como los sacerdotes no habían hecho reparaciones al Templo, el rey llamó al sacerdote Joyadá y a los otros sacerdotes para recriminarles: «¿Por qué no han comenzado la restauración del Templo? De aquí en adelante, ya no recibirán dinero de manos de los tesoreros, y deberán entregar lo que tengan para que se repare el Templo».

Los sacerdotes accedieron a no recibir más dinero del pueblo, y renunciaron al encargo de restaurar el Templo.

Sin embargo, el sacerdote Joyadá tomó un cofre y, después de hacer una ranura en la tapa, lo puso junto al altar, a la derecha, según se entra en el Templo del Señor. Los sacerdotes que vigilaban la entrada comenzaron a poner en el cofre todo el dinero que la gente traía al Templo del Señor. 10 Cuando veían que el cofre ya estaba lleno, subía el secretario real con el sumo sacerdote para vaciarlo y contar el dinero que había en el Templo del Señor. 11 Una vez determinada la cantidad, entregaban el dinero a los que supervisaban la restauración del Templo. Estos pagaban a los que trabajaban allí en el Templo: carpinteros, maestros de obra, 12 albañiles y canteros. También compraban madera y piedras de cantería, y cubrían todos los gastos necesarios para restaurar el Templo del Señor.

13 Sin embargo, del dinero que se traía al Templo del Señor no se usaba nada para hacer copas, cortapabilos, tazones y trompetas, ni otros utensilios de plata y oro; 14 sino que ese dinero se les entregaba a los trabajadores, que lo usaban para reparar el Templo del Señor. 15 Los encargados de pagar a los trabajadores no tenían que rendir cuentas, pues procedían con toda honradez. 16 El dinero de los sacrificios por el perdón de pecados y por la culpa no era para el Templo del Señor, pues pertenecía a los sacerdotes.

17 Por aquel tiempo, Jazael, rey de Aram, atacó la ciudad de Gat y la conquistó; luego se propuso atacar a Jerusalén. 18 Por eso Joás, rey de Judá, recogió todos los objetos que habían consagrado sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, junto con los que él mismo había consagrado, más todo el oro que pudo encontrar entre los tesoros del Templo del Señor y en el palacio real. Todo esto se lo envió a Jazael, rey de Aram, el cual se retiró de Israel.

19 Los demás acontecimientos del reinado de Joás, y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 20 Sus propios ministros conspiraron contra él y lo asesinaron en Bet Miló, camino a Sila. 21 Quienes lo atacaron fueron Josacar, hijo de Simat, y Jozabad, hijo de Somer. Así murió Joás y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David. Y su hijo Amasías lo sucedió en el trono.

Reinado de Joás

24 (A)Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre era Sibia de Beerseba. Y Joás hizo lo recto ante los ojos del Señor(B) todos los días del sacerdote Joiada. Y Joiada escogió dos mujeres para el rey[a], y este engendró hijos e hijas.

Sucedió después de esto que Joás decidió[b] restaurar la casa del Señor(C). Reunió, pues, a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: Salid a las ciudades de Judá(D), y recoged dinero de todo Israel para reparar[c] anualmente[d] la casa de vuestro Dios; y daos prisa en esto, pero los levitas no se apresuraron. Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joiada, y le dijo: ¿Por qué no has exigido a los levitas que traigan de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés(E), siervo del Señor, impuso sobre la congregación de Israel para la tienda del testimonio(F)? Porque los hijos(G) de la perversa Atalía habían forzado la entrada a la casa de Dios y aun habían usado[e] para los baales las cosas sagradas de la casa del Señor.

Entonces el rey, mandó que hicieran un cofre y lo colocaran afuera, junto a la puerta de la casa del Señor(H). Y proclamaron(I) en Judá y en Jerusalén que trajeran al Señor la contribución que Moisés, siervo de Dios, impuso sobre Israel(J) en el desierto. 10 Todos los oficiales y todo el pueblo se regocijaron y trajeron sus contribuciones y las echaron en el cofre hasta llenarlo[f]. 11 Y sucedía que siempre que el cofre era traído al oficial del rey por los levitas, y cuando veían que había mucho dinero, entonces el escriba del rey y el oficial del sumo sacerdote venían, vaciaban el cofre, lo tomaban y lo volvían a su lugar. Así hacían diariamente y recogían mucho dinero(K). 12 Y el rey y Joiada lo daban a los que hacían la obra del servicio de la casa del Señor; y contrataron canteros y carpinteros para reparar la casa del Señor, y también artífices en hierro y bronce para reparar[g] la casa del Señor. 13 Los obreros trabajaron, y el trabajo de reparación progresó en sus manos, y restauraron[h] la casa de Dios conforme a sus planos[i] y la reforzaron. 14 Cuando terminaron, trajeron el resto del dinero delante del rey y de Joiada; y lo convirtieron en utensilios para la casa del Señor, utensilios para el ministerio y para el holocausto, y recipientes y utensilios de oro y de plata. Y todos los días de Joiada ofrecieron holocaustos en la casa del Señor continuamente.

15 Envejeció Joiada y a una edad muy avanzada[j] murió; tenía ciento treinta años cuando murió. 16 Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes(L), porque había hecho bien en Israel(M), y a[k] Dios y a su templo[l]. 17 Pero después de la muerte de Joiada vinieron los oficiales de Judá y se inclinaron ante el rey, y el rey los escuchó. 18 Y abandonaron la casa del Señor(N), el Dios de sus padres, y sirvieron a las Aseras[m] y a los ídolos(O); entonces vino la ira de Dios sobre(P) Judá y Jerusalén a causa de esta culpa suya. 19 No obstante, Él les envió profetas(Q) para hacerlos volver al Señor; y aunque estos dieron testimonio contra ellos, ellos no escucharon. 20 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre[n] Zacarías(R), hijo del sacerdote Joiada; y él se puso en pie, en un lugar más alto que el pueblo, y les dijo: Así ha dicho Dios: «¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor y no prosperáis(S)? Por haber abandonado al Señor, Él también os ha abandonado(T)». 21 Mas ellos conspiraron contra él, y por orden del rey lo mataron a pedradas[o] en el atrio de la casa del Señor(U). 22 No se acordó el rey Joás de la bondad que Joiada, padre de Zacarías[p], le había mostrado, sino que asesinó a su hijo. Y este al morir dijo: Que lo vea el Señor y tome venganza[q](V).

23 Y aconteció que a la vuelta del año, el ejército de los arameos subió contra Joás; y vinieron a Judá y a Jerusalén(W), destruyeron de entre la población a todos los oficiales del pueblo, y enviaron todo el botín al rey de Damasco. 24 Ciertamente, el ejército de los arameos vino con pocos hombres; sin embargo, el Señor entregó a un ejército muy grande en sus manos(X), porque habían abandonado al Señor(Y), Dios de sus padres. Así ejecutaron juicio contra Joás. 25 Y cuando ellos se alejaron de él (dejándolo muy herido), sus mismos siervos conspiraron contra él a causa de la sangre del hijo[r] del sacerdote Joiada, y lo mataron en su cama. Y murió, y lo sepultaron en la ciudad de David(Z), pero no lo sepultaron en los sepulcros de los reyes. 26 Estos son los que conspiraron contra él: Zabad, hijo de Simeat la amonita, y Jozabad, hijo de Simrit la moabita. 27 En cuanto a sus hijos, los muchos oráculos contra[s] él y la restauración[t] de la casa de Dios(AA), he aquí, están escritos en la historia[u](AB) del libro de los reyes. Entonces su hijo Amasías reinó en su lugar.

Footnotes

  1. 2 Crónicas 24:3 Lit., él
  2. 2 Crónicas 24:4 Lit., estaba con un corazón para
  3. 2 Crónicas 24:5 Lit., fortalecer
  4. 2 Crónicas 24:5 Lit., de año en año
  5. 2 Crónicas 24:7 Lit., hecho
  6. 2 Crónicas 24:10 Lit., terminar
  7. 2 Crónicas 24:12 Lit., reforzar
  8. 2 Crónicas 24:13 Lit., arreglaron
  9. 2 Crónicas 24:13 Lit., por su proporción
  10. 2 Crónicas 24:15 Lit., y satisfecho de días
  11. 2 Crónicas 24:16 Lit., con
  12. 2 Crónicas 24:16 Lit., casa
  13. 2 Crónicas 24:18 I.e., símbolos de madera de una deidad femenina
  14. 2 Crónicas 24:20 Lit., cubrió a
  15. 2 Crónicas 24:21 Lit., lo apedrearon con piedras
  16. 2 Crónicas 24:22 Lit., Joiada, su padre,
  17. 2 Crónicas 24:22 Lit., exija
  18. 2 Crónicas 24:25 Así en algunas versiones antiguas; en heb., de los hijos
  19. 2 Crónicas 24:27 Lit., las muchas cargas sobre
  20. 2 Crónicas 24:27 Lit., cimentación
  21. 2 Crónicas 24:27 Heb., midrás

Reinado de Joás de Judá

(2 R. 12.1-21)

24 De siete años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote. Y Joiada tomó para él dos mujeres; y engendró hijos e hijas.

Después de esto, aconteció que Joás decidió restaurar la casa de Jehová. Y reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas no pusieron diligencia. Por lo cual el rey llamó al sumo sacerdote Joiada y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés siervo de Jehová impuso a la congregación de Israel para el tabernáculo del testimonio?(A) Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruido la casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la casa de Jehová.

Mandó, pues, el rey que hiciesen un arca, la cual pusieron fuera, a la puerta de la casa de Jehová; e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén, que trajesen a Jehová la ofrenda que Moisés siervo de Dios había impuesto a Israel en el desierto. 10 Y todos los jefes y todo el pueblo se gozaron, y trajeron ofrendas, y las echaron en el arca hasta llenarla. 11 Y cuando venía el tiempo para llevar el arca al secretario del rey por mano de los levitas, cuando veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey, y el que estaba puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciaban, y la volvían a su lugar. Así lo hacían de día en día, y recogían mucho dinero, 12 y el rey y Joiada lo daban a los que hacían el trabajo del servicio de la casa de Jehová; y tomaban canteros y carpinteros que reparasen la casa de Jehová, y artífices en hierro y bronce para componer la casa. 13 Hacían, pues, los artesanos la obra, y por sus manos la obra fue restaurada, y restituyeron la casa de Dios a su antigua condición, y la consolidaron. 14 Y cuando terminaron, trajeron al rey y a Joiada lo que quedaba del dinero, e hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio, morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada.

15 Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; de ciento treinta años era cuando murió. 16 Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su casa.

17 Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó. 18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado. 19 Y les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon.

20 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará. 21 Pero ellos hicieron conspiración contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová.(B) 22 Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada padre de Zacarías había hecho con él, antes mató a su hijo, quien dijo al morir: Jehová lo vea y lo demande.

23 A la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria; y vinieron a Judá y a Jerusalén, y destruyeron en el pueblo a todos los principales de él, y enviaron todo el botín al rey a Damasco. 24 Porque aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, Jehová entregó en sus manos un ejército muy numeroso, por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres. Así ejecutaron juicios contra Joás.

25 Y cuando se fueron los sirios, lo dejaron agobiado por sus dolencias; y conspiraron contra él sus siervos a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y lo hirieron en su cama, y murió. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes. 26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad hijo de Simeat amonita, y Jozabad hijo de Simrit moabita. 27 En cuanto a los hijos de Joás, y la multiplicación que hizo de las rentas, y la restauración de la casa de Jehová, he aquí está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.

Joás, rey de Judá(A)(B)

24 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre era Sibia, oriunda de Berseba. Mientras el sacerdote Joyadá vivió, Joás hizo lo que agradaba al Señor. Joyadá eligió dos esposas para Joás y con ellas Joás tuvo hijos e hijas.

Algún tiempo después, Joás decidió reparar el Templo del Señor. Reunió a los sacerdotes y a los levitas y dijo: «Vayan por las ciudades de Judá y recojan dinero de todos los israelitas, para reparar cada año el Templo de su Dios. Háganlo inmediatamente». Sin embargo, los levitas fueron negligentes.

Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joyadá y dijo: «¿Por qué no has presionado a los levitas para que vayan y recojan en Judá y en Jerusalén la contribución que Moisés, siervo del Señor, y la asamblea de Israel impusieron para la Tienda donde se guardan las tablas del pacto?».

Resulta que la malvada de Atalía y sus hijos habían destrozado el Templo de Dios, y hasta habían ofrecido a los baales los objetos sagrados del Templo del Señor.

Por eso el rey ordenó que se hiciera un cofre y se colocara afuera, junto a la puerta del Templo del Señor. Luego mandó que se pregonara por Judá y Jerusalén que trajeran al Señor la contribución que Moisés, siervo de Dios, había ordenado a Israel en el desierto. 10 Todos los oficiales y todo el pueblo llevaron alegremente sus contribuciones y las depositaron en el cofre hasta llenarlo. 11 Los levitas llevaban el cofre a los funcionarios del rey para que lo examinaran. Cuando veían que había mucho dinero, se presentaban el secretario real y un oficial nombrado por el sumo sacerdote y, luego de vaciar el cofre, volvían a colocarlo en su lugar. Esto lo hacían todos los días; así recogieron mucho dinero. 12 El rey y Joyadá entregaban el dinero a los que supervisaban la restauración del Templo del Señor y estos contrataban canteros, carpinteros y expertos en el manejo del hierro y del bronce, para repararlo.

13 Los supervisores de la restauración trabajaron diligentemente hasta terminar la obra. Repararon el Templo de Dios y lo dejaron en buen estado y conforme al diseño original. 14 Cuando terminaron, llevaron al rey y a Joyadá el dinero que sobró, y estos lo utilizaron para hacer utensilios para el Templo del Señor: utensilios para el culto y para los holocaustos, y cucharones y vasos de oro y de plata. Todos los días, mientras Joyadá vivió, se ofrecieron holocaustos en el Templo del Señor.

15 Pero Joyadá envejeció y murió muy anciano. Cuando murió, tenía ciento treinta años. 16 Fue sepultado junto con los reyes en la Ciudad de David, porque había servido bien a Israel y a Dios y su Templo.

Depravación de Joás

17 Después de que Joyadá murió, los oficiales de Judá se presentaron ante el rey para rendirle homenaje, y él escuchó sus consejos. 18 Abandonaron el Templo del Señor, Dios de sus antepasados, y adoraron las imágenes de Aserá y de los ídolos. Debido a este pecado, la ira de Dios cayó sobre Judá y Jerusalén. 19 El Señor envió profetas para que los exhortaran a volver a él, pero no les hicieron caso.

20 El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, y este, presentándose ante el pueblo, declaró: «Así dice Dios el Señor: ¿Por qué desobedecen mis mandamientos? De ese modo no prosperarán. Como me han abandonado, yo también los abandonaré».

21 Pero ellos conspiraron contra Zacarías, hijo de Joyadá; entonces, por orden del rey, lo mataron a pedradas en el atrio del Templo del Señor. 22 Así fue como el rey Joás, no tomando en cuenta la bondad de Joyadá, mató a su hijo Zacarías, quien al morir dijo: «¡Que el Señor vea esto y te juzgue!».

23 Al cabo del año, las tropas arameas marcharon contra Joás, invadieron Judá y Jerusalén y, después de matar a los líderes del pueblo, enviaron todo el botín al rey de Damasco. 24 Aunque el ejército arameo era pequeño, el Señor permitió que derrotara a un ejército muy numeroso, porque los habitantes de Judá habían abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. De esta manera Joás recibió el castigo que merecía. 25 Cuando los arameos se retiraron, dejando a Joás gravemente herido, sus servidores conspiraron contra él y lo mataron en su propia cama, vengando así la muerte del hijo del sacerdote Joyadá. Luego lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en el panteón de los reyes.

26 Los que conspiraron contra Joás fueron Zabad, hijo de Simat el amonita, y Jozabad, hijo de Simrit el moabita. 27 Todo lo relacionado con los hijos de Joás, con las muchas profecías en su contra y con la restauración del Templo de Dios, está escrito en el comentario sobre el libro de los reyes. Su hijo Amasías lo sucedió en el trono.