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El hombre de iniquidad

Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no sean movidos fácilmente de su modo de pensar ni sean alarmados ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor. Nadie los engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad[a], el hijo de perdición. Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios[b].

¿No se acuerdan de que mientras yo estaba todavía con ustedes les decía esto? Ahora saben qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado. Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida[c]. El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, 10 y con todo engaño de injusticia entre los que perecen por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad sino que se complacieron en la injusticia.

La buena esperanza de los creyentes

13 Pero nosotros debemos dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos amados del Señor, de que Dios los haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y fe en la verdad. 14 Con este fin los llamó Dios por medio de nuestro evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

15 Así que, hermanos, estén firmes y retengan las doctrinas en que han sido enseñados, sea por palabra o por carta nuestra. 16 Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos amó y por gracia nos dio eterno consuelo y buena esperanza, 17 anime el corazón de ustedes y los confirme en toda obra y palabra buena.

Footnotes

  1. 2 Tesalonicenses 2:3 Lit., sin ley o de anarquía; algunos mss. antiguos tienen hombre de pecado.
  2. 2 Tesalonicenses 2:4 Algunos mss. antiguos tienen tanto que se sentará como Dios en el templo de Dios; ver Dan. 11:36.
  3. 2 Tesalonicenses 2:8 Otra trad., la manifestación de su presencia.

Manifestación del hombre de pecado

Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él,(A) os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;(B) tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca,(C) y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,(D) 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Escogidos para salvación

13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.

16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.