7 Amados míos, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, y perfeccionémonos en la santidad y en el temor de Dios.

¹⁴ Procuren vivir en paz con todos, y en santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

¹⁵ Al contrario, vivan una vida completamente santa, porque santo es aquel que los ha llamado. ¹⁶ Escrito está: «Sean santos, porque yo soy santo.»^{(A) 17} Si ustedes llaman «Padre» a aquel que al juzgar se fija en lo que se ha hecho, y no en quién lo hizo, vivan el resto de sus vidas en el temor de Dios.

⁷ Pues Dios no nos ha llamado a vivir en la inmundicia, sino a vivir en santidad.