El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.

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El Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él.

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El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

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¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán a menos que se arrepientan.

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¡Pues yo les digo que no! Y si ustedes no se arrepienten, también morirán como ellos.

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Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

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