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y les dijo:

—Óiganme, oh levitas: Purifíquense ahora, y purifiquen luego la casa del SEÑOR, Dios de sus padres, sacando del santuario la inmundicia. Porque nuestros padres han sido infieles y han hecho lo malo ante los ojos del SEÑOR, nuestro Dios. Ellos lo han abandonado, han apartado sus rostros del tabernáculo del SEÑOR, y le han vuelto las espaldas. Incluso han cerrado las puertas del pórtico y han apagado las lámparas. No han quemado incienso ni han ofrecido holocaustos en el santuario al Dios de Israel.

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