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(A)Y en el año dieciocho de su reinado, cuando había purificado la tierra y la casa, envió a Safán, hijo de Azalía, y a Maasías, un oficial de la ciudad, y a Joa(B), hijo de Joacaz, escriba, para que repararan la casa del Señor su Dios. Y vinieron ellos al sumo sacerdote Hilcías(C) y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Dios, y que los levitas guardianes del umbral habían recogido de[a] Manasés y de Efraín(D) y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén. 10 Y lo entregaron en manos de los obreros que estaban encargados de la casa del Señor; y los obreros que trabajaban en la casa del Señor lo usaron[b] para restaurar y reparar la casa. 11 Ellos a su vez lo dieron a los carpinteros y a los constructores para comprar piedra de cantería y maderas para trabazones, y hacer vigas para los edificios[c] que los reyes de Judá habían dejado que se arruinaran(E). 12 Y los hombres hicieron el trabajo fielmente(F) con estos capataces sobre ellos para dirigirlos: Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari, y Zacarías y Mesulam, de los hijos de Coat, y de los levitas, todos los que eran hábiles con instrumentos musicales(G). 13 También estaban sobre los cargadores(H) y dirigían a todos los obreros de trabajo en trabajo; y algunos de los levitas eran escribas, oficiales y porteros.

Hallazgo del libro de la ley

14 Y mientras ellos sacaban el dinero que habían traído a la casa del Señor, el sacerdote Hilcías(I) encontró el libro de la ley del Señor dado por Moisés. 15 Entonces Hilcías dijo[d] al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa del Señor; e Hilcías dio el libro a Safán. 16 Y Safán llevó el libro al rey y le dio más noticias[e], diciendo: Todo lo que fue encomendado a[f] tus siervos, lo están haciendo. 17 También han tomado[g] el dinero que se encontraba en la casa del Señor, y lo han entregado en manos de los encargados y de los obreros. 18 El escriba Safán informó también al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y Safán leyó de él en la presencia del rey. 19 (J)Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos(K). 20 Entonces el rey ordenó a Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Micaía[h], al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey, diciendo: 21 Id, consultad al Señor por mí y por los que quedan en Israel y en Judá, acerca de las palabras del libro que se ha encontrado; porque grande es el furor del Señor que se derrama sobre nosotros(L), por cuanto nuestros padres no han guardado la palabra del Señor, haciendo conforme a todo lo que está escrito en este libro.

22 Entonces fue Hilcías con los que el rey había dicho[i] a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario; y ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella acerca de esto. 23 Y ella les dijo: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Decid al hombre que os ha enviado a mí: 24 así dice el Señor: “He aquí, voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes(M), es decir, todas las maldiciones escritas en el libro(N) que ellos han leído en presencia del rey de Judá. 25 Por cuanto me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses(O) para provocarme a ira con todas las obras de sus manos, por tanto mi furor se derramará sobre este lugar, y no se apagará”». 26 Pero al rey de Judá que os envió a consultar al Señor, así le diréis: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “En cuanto a las palabras que has oído, 27 porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante de Dios cuando oíste sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste delante de mí, ciertamente te he oído(P) —declara el Señor. 28 He aquí, te reuniré con tus padres y serás recogido en tu sepultura en paz, y tus ojos no verán todo el mal que yo voy a traer sobre este lugar y sobre sus habitantes”». Y llevaron la respuesta al rey.

29 (Q)Entonces el rey mandó reunir a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 30 Y subió el rey a la casa del Señor con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor, y leyó en su presencia[j] todas las palabras del libro del pacto(R) que había sido hallado en la casa del Señor. 31 Después el rey se puso en pie en su lugar(S) e hizo pacto delante del Señor(T) de andar en pos del Señor y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, para cumplir las palabras del pacto escritas en este libro. 32 Además, hizo suscribir el pacto a todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín. Y los habitantes de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, el Dios de sus padres. 33 Y Josías quitó todas las abominaciones de todas las tierras que pertenecían a los hijos de Israel(U), e hizo que todos los que se encontraban en Israel sirvieran al Señor su Dios. Mientras él vivió[k] no se apartaron de seguir al Señor, Dios de sus padres.

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 34:9 Lit., de la mano de
  2. 2 Crónicas 34:10 Lit., dieron
  3. 2 Crónicas 34:11 Lit., las casas
  4. 2 Crónicas 34:15 Lit., respondió y dijo
  5. 2 Crónicas 34:16 Lit., y trajo de nuevo palabras al rey
  6. 2 Crónicas 34:16 Lit., dado en mano de
  7. 2 Crónicas 34:17 Lit., vaciado
  8. 2 Crónicas 34:20 En 2 Rey. 22:12, Acbor, hijo de Micaías
  9. 2 Crónicas 34:22 Así en la versión gr. (sept.); el T.M. no incluye, había dicho
  10. 2 Crónicas 34:30 Lit., a oídos de ellos
  11. 2 Crónicas 34:33 Lit., Todos sus días

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