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Enseguida el rey mandó a un capitán con cincuenta soldados a buscar a Elías, que estaba sentado en la cumbre del monte. El capitán subió a verlo, y le dijo:

«Varón de Dios, el rey te pide que bajes.»

10 Pero Elías le respondió al capitán:

«Si soy un varón de Dios, que caiga fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta soldados.»(A)

Al instante cayó fuego del cielo, y consumió al capitán y a sus cincuenta soldados.

11 Entonces el rey envió a otro capitán con otros cincuenta soldados, y éste le dijo lo mismo:

«Varón de Dios, el rey te pide que bajes pronto.»

12 Y Elías respondió:

«Si soy un varón de Dios, que caiga fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta(B) soldados.»(C)

Y al instante cayó fuego del cielo, y consumió al capitán y a sus cincuenta soldados.

13 Pero el rey volvió a enviar a un tercer capitán, también con cincuenta soldados, y cuando éste estuvo frente a Elías, se puso de rodillas y le dijo:

«Varón de Dios, te ruego que me perdones la vida, y la de estos cincuenta siervos tuyos. 14 El fuego que ha caído del cielo ha consumido a los dos primeros capitanes y a sus cincuenta soldados; dígnate salvarme la vida, si crees que vale algo.»

15 Entonces el ángel de Dios le dijo a Elías:

«No tengas miedo. Puedes ir con él.»

Y Elías bajó del monte y fue a ver al rey. 16 Cuando llegó ante él, le dijo:

«Tú enviaste mensajeros a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón. ¿Acaso no hay Dios en Israel, a quien puedes consultar? Por eso, no te vas a levantar de tu cama, sino que definitivamente morirás.»

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