²⁹ ”Esto te será por señal^(A): Este año ustedes comerán lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí, y en el tercer año siembren, sieguen, planten viñas y coman su fruto. ³⁰ Y el remanente de la casa de Judá^(B) que se salve, de nuevo echará raíces por debajo y dará fruto por arriba. ³¹ Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sión sobrevivientes^(C). El celo del Señor de los ejércitos hará esto^(D).

³² ”Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: ‘Él no entrará en esta ciudad, ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo, ni levantará terraplén contra ella^(E). ³³ Por el camino que vino, por él se volverá^(F), y no entrará en esta ciudad’”, declara el Señor. ³⁴ “Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a Mí mismo^(G) y por amor a Mi siervo David^(H)”».

Muerte de Senaquerib

³⁵ Aconteció que aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a 185,000 en el campamento de los asirios. Cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres^(I).

Promesa de bendición para Israel