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18 En efecto, el criado de Amnón la echó fuera de la casa, y enseguida cerró la puerta. Y Tamar, que llevaba puesto un vestido de colores, como el que usaban todas las hijas de los reyes, cuando eran vírgenes, 19 se rasgó el vestido de colores, se echó ceniza sobre la cabeza, y con la cabeza entre sus manos se fue gritando.

Absalón se venga y huye

20 Luego, su hermano Absalón le preguntó:

«¿Así que tu hermano Amnón se acostó contigo? Pues no digas nada de esto, hermana mía, sino tranquilízate, porque es tu hermano.»

Tamar, muy desconsolada, se quedó en casa de su hermano Absalón.

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