⁹ Dios no hizo ninguna diferencia entre ellos y nosotros, sino que por la fe purificó sus corazones.

¹⁸ para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás al poder de Dios; para que por la fe en mí, reciban el perdón de sus pecados y la herencia de los que han sido santificados.”

⁸ Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón!

²² Y ahora, ya que se han purificado mediante su obediencia a la verdad, para amar sinceramente a sus hermanos, ámense los unos a los otros de todo corazón,

³ Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Cristo, poder y sabiduría de Dios

¹⁸ El mensaje de la cruz es ciertamente una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios.

²⁴ pero para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios.

²⁹ Con este fin, trabajo y lucho con todas mis fuerzas y con el poder que actúa en mí.

¹⁶ para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder;

¹⁹ en fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios.

²⁰ Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,