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Contra Moab

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Moab
que no los dejaré sin castigo.
Por haber quemado y calcinado
los huesos del rey de Edom,
mandaré contra Moab un fuego
que devorará los palacios de Queriyot.
Y perecerá Moab entre estruendos,
gritos de guerra y toques de trompeta.
Extirparé de en medio al que gobierna
y aniquilaré a todos sus magistrados,
—dice el Señor—.

Contra Judá

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Judá
que no los dejaré sin castigo.
Por haber rechazado la ley del Señor
y no haber cumplido sus mandamientos,
por haberse dejado extraviar por ídolos
a quienes ya sus antepasados adoraron,
enviaré contra Judá un fuego
que devorará los palacios de Jerusalén.

Contra Israel

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Israel
que no los dejaré sin castigo.
Venden al inocente por dinero,
al pobre por un par de sandalias;
aplastan contra el polvo al desvalido
y no imparten justicia al indefenso;
padre e hijo acuden a la misma joven,
profanando así mi santo nombre.
Se tienden junto a cualquier altar
sobre ropas tomadas en prenda,
y beben en el templo de su dios
vino comprado con multas injustas.
Yo exterminé ante ellos al amorreo,
alto como los cedros y fuerte como las encinas;
extirpé sus raíces y malogré sus frutos.
10 A vosotros, en cambio, os saqué de Egipto
y os conduje cuarenta años por el desierto
hasta conquistar el país de los amorreos.
11 Suscité profetas entre vuestros hijos
y nazareos entre vuestros jóvenes.
¿No es así, israelitas? —oráculo del Señor—.
12 Pero obligasteis a beber vino a los nazareos
y no dejasteis profetizar a los profetas.
13 Pues bien, yo haré que el suelo se os hunda
como se hunde bajo un carro cargado de mies.
14 Ni el más ligero podrá huir,
ni al más fuerte le valdrán sus fuerzas,
ni el más valiente salvará su vida;
15 el arquero no conseguirá resistir,
el ágil de piernas no escapará;
el que monta a caballo no se salvará;
16 y hasta el valiente más intrépido
tendrá que huir desnudo aquel día,
—oráculo del Señor—.