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13 Entonces oí una voz que venía del cielo, la cual me decía: «Escribe: De aquí en adelante, bienaventurados sean los que mueren en el Señor.» Y el Espíritu dice: «Sí, porque así descansarán de sus trabajos, pues sus obras los acompañan.»

La tierra es segada

14 Miré, y vi aparecer una nube blanca. Sobre esa nube estaba sentado alguien que parecía ser el Hijo del Hombre.(A) Llevaba en la cabeza una corona de oro, y en la mano tenía una hoz afilada. 15 En ese momento, otro ángel salió del templo; y con fuerte voz le gritó al que estaba sentado sobre la nube: «¡Usa tu hoz, y levanta la cosecha! ¡Ha llegado la hora de cosechar, pues la cosecha de la tierra ya está madura!(B)

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13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

La tierra es segada

14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre,(A) que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. 15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.(B)

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