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Pero los cobardes, incrédulos[a], abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras, y todos los mentirosos(A) tendrán su herencia[b] en el lago que arde con fuego y azufre(B), que es la muerte segunda(C)».

La nueva Jerusalén

Vino uno de los siete ángeles(D) que tenían las siete copas[c](E) llenas de las últimas siete plagas(F), y habló conmigo, diciendo: «Ven(G), te mostraré la novia(H), la esposa del Cordero». 10 Entonces me llevó(I) en el Espíritu a un monte grande y alto(J), y me mostró la ciudad santa(K), Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,

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Footnotes

  1. Apocalipsis 21:8 O indignos de confianza.
  2. Apocalipsis 21:8 Lit. parte.
  3. Apocalipsis 21:9 O los siete tazones.

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

La nueva Jerusalén

Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén,(A) que descendía del cielo, de Dios,

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