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19 El poder de los caballos estaba en su boca y en su cola, que era como una serpiente que hería con la cabeza.

20 El resto de los seres humanos no murió por estas plagas, pero ni aun así no sintieron remordimiento por sus pecados ni dejaron de hacer maldades ni de adorar a los demonios, ni a los ídolos que habían hecho de oro, plata, bronce, piedra y madera, los cuales no pueden ver ni oír ni caminar. 21 Tampoco dejaron de cometer asesinatos, ni se apartaron de la brujería, ni de sus pecados sexuales, ni de sus robos.

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19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.

20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar;(A) 21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

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