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Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa;

De desear, como Jerusalem;

Imponente como ejércitos en orden.

Aparta tus ojos de delante de mí,

Porque ellos me vencieron.

Tu cabello es como manada de cabras,

Que se muestran en Galaad.

Tus dientes, como manada de ovejas

Que suben del lavadero,

Todas con crías mellizas,

Y estéril no hay entre ellas.

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