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Después de esto seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, una cuarta bestia, terrible, espantosa y en gran manera fuerte que tenía enormes dientes de hierro; devoraba, desmenuzaba y hollaba los restos con sus pies. Era diferente de todas las bestias que le antecedieron y tenía diez cuernos(A). Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí, otro cuerno, uno pequeño, surgió entre ellos(B), y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de él; y he aquí, este cuerno tenía ojos[a] como los ojos de un hombre, y una boca que hablaba con mucha arrogancia[b](C).

Seguí mirando
hasta que se establecieron tronos(D),
y el Anciano de Días se sentó.
Su vestidura era blanca como la nieve(E),
y el cabello de su cabeza como lana pura,
su trono, llamas de fuego(F),
y sus ruedas, fuego abrasador(G).

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Footnotes

  1. Daniel 7:8 Lit., en este cuerno había ojos
  2. Daniel 7:8 Lit., hablaba grandes cosas

Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.(A) Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.(B)

Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos,(C) y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia;(D) su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.

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