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Por tanto, en el momento en que todos los pueblos oyeron el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita[a] y toda clase de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

Sin embargo[b], en aquel tiempo algunos caldeos se presentaron(A) y acusaron a[c] los judíos(B). Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Oh rey, viva para siempre(C)!

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Footnotes

  1. Daniel 3:7 Así en muchos mss. y en algunas versiones antiguas; el T.M. omite: la gaita.
  2. Daniel 3:8 Lit. Por tanto.
  3. Daniel 3:8 Lit. comieron los pedazos de.