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El rey Baltasar se sintió turbado sobremanera y palideció todavía más; sus dignatarios estaban desconcertados.

10 Cuando llegó a oídos de la reina lo que decían el rey y sus dignatarios, se presentó en la sala del banquete y dijo:

— ¡Larga vida al rey! No te alarmes ni palidezcas, 11 pues tienes en tu reino a un hombre que participa del espíritu de los dioses santos. En vida de tu padre demostró tener una clarividencia, una inteligencia y una sabiduría propias de los dioses. El rey Nabucodonosor, tu padre, lo nombró jefe de los magos, adivinos, hechiceros y astrólogos.

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