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20 Y el profeta a quien yo no le haya ordenado hablar, o que hable en nombre de otros dioses pero pretenda hablar en mi nombre, será condenado a muerte.

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«Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel. Según ellos, profetizan, pero sus profecías son producto de su propio corazón. Diles que oigan mi palabra. Diles que yo, su Dios y Señor, he dicho: “¡Ay de los profetas insensatos, que siguen sus propios impulsos sin haber tenido ninguna visión!

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10 »Esto será así por haber engañado a mi pueblo. Le hablaron de paz, cuando en realidad no había paz.(A) Mientras uno levantaba la pared, los otros la recubrían con lodo suelto.

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22 »Con sus mentiras, ustedes han entristecido el corazón de los justos, a quienes yo nunca entristecí; han fortalecido las manos de los malvados, y los han animado a no apartarse de su mal camino.

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«Así ha dicho el Señor acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, esos que hablan de paz cuando se les da de comer, pero que declaran la guerra cuando no se les da nada:

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11 Si alguien viene con espíritu de falsedad, y mentirosamente les dice: “Voy a profetizar acerca del vino y de la sidra”, a gente como ésa este pueblo la considera profeta.

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32 »Yo estoy en contra de los que profetizan sueños mentirosos, pues con sus profecías mentirosas y lisonjeras hacen que mi pueblo pierda el camino. Yo no los envié a profetizar. ¡Ningún bien le hacen a mi pueblo!

—Palabra del Señor.

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34 »Y si algún profeta, o sacerdote, o alguien del pueblo afirma profetizar en mi nombre, yo castigaré a ese hombre y a su casa.

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26 ¿Hasta cuándo albergarán esos profetas tales mentiras en su corazón? ¡Lo que anuncian sólo existe en su mente!

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38 Pero si le dices: “Profecía del Señor”, entonces el Señor declara: “Por haber pronunciado la frase ‘Profecía del Señor’, siendo que yo les ordené que no la pronunciaran, 39 yo los echaré al olvido; a ustedes y a la ciudad que les di, a ustedes y a sus padres, los borraré de mi presencia. 40 Los haré sufrir una afrenta perpetua y una confusión sin fin, que el olvido jamás podrá borrar.”»

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10 Todos los que vigilan a mi pueblo son ciegos e ignorantes; todos ellos son como perros mudos, que ni ladrar pueden: siempre somnolientos y echados, ¡les encanta dormir! 11 Son como perros: ¡comilones e insaciables! Y quienes los guían no saben entender; todos ellos van por su propio camino, cada uno va por su lado, buscando su propio provecho.

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31 Los profetas anuncian mentiras, y los sacerdotes dirigen por su propia autoridad. ¡Pero mi pueblo así lo ha querido! ¿Y qué van a hacer cuando les llegue el fin?

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14 Se les hace fácil sanar la herida de mi pueblo con sólo decir “¡Paz, paz!” ¡Pero no hay paz!(A)

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16 Así ha dicho el Señor de los ejércitos:

«No hagan caso de las palabras que los profetas les anuncian. Sólo alimentan en ustedes vanas esperanzas. Sus visiones nacen de su propio corazón, y no de mis labios. 17 Se atreven a decir a los que me desprecian, que yo he dicho que tendrán paz; y a todos los que siguen a su obstinado corazón, les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.»

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25 »Yo sé bien que esos profetas mienten cuando profetizan en mi nombre y aseguran que han tenido un sueño.

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26 ¿Hasta cuándo albergarán esos profetas tales mentiras en su corazón? ¡Lo que anuncian sólo existe en su mente!

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27 ¿Acaso creen que esos sueños que se cuentan harán que mi pueblo se olvide de mí? ¿Acaso creen que los harán olvidarme, como antes sus padres me olvidaron por seguir a Baal?

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26 ¿Hasta cuándo albergarán esos profetas tales mentiras en su corazón? ¡Lo que anuncian sólo existe en su mente!

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29 »Mi palabra es como el fuego; ¡es como un mazo que parte las piedras!

—Palabra del Señor.

30 »Por eso estoy en contra de los profetas que se roban entre sí sus palabras, y luego dicen que son mías.

—Palabra del Señor.

31 »Yo estoy en contra de los profetas que hablan con dulzura, y luego afirman que yo he hablado.

—Palabra del Señor.

32 »Yo estoy en contra de los que profetizan sueños mentirosos, pues con sus profecías mentirosas y lisonjeras hacen que mi pueblo pierda el camino. Yo no los envié a profetizar. ¡Ningún bien le hacen a mi pueblo!

—Palabra del Señor.

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